El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, anunció la congelación de las relaciones con el Estado español hasta que el rey Juan Carlos de Borbón se disculpe después de haberle increpado en el transcurso de la cumbre Iberoamericana en Chile.

Chávez ya anunció, después del exabrupto del rey español con aquel «¿Por qué no te callas?», un «profundo reexamen» de las relaciones bilaterales.

La Casa Real española se mantenía, ella sí, callada, y rehusó valorar la decisión.

El Gobierno español trató de minimizar el alcance de la crisis. El número dos del Ministerio de Exteriores, Bernardino León, puso el acento en que Chávez habló de congelación, «en ningún momento de suspensión».

La secretaria de Estado de Relaciones con América Latina, Trinidad Jiménez, tenía previsto reunirse ayer mismo con el embajador venezolano en Madrid. Jiménez señaló que las declaraciones de Chávez «se hicieron en el marco de una reflexión más amplia», ya que estaba hablando de las relaciones con Colombia «y de manera muy tangencial se refirió a España».

Chávez hizo este anuncio tras declarar asimismo congeladas las relaciones de Venezuela con la Colombia de Alvaro Uribe después de que éste torpedeara definitivamente su intento de lograr un intercambio humanitario entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC.

«Ya no creo en nadie en el Gobierno de Colombia», aseguró Chávez, que añadió que ese país «se merece otro presidente, más digno y menos tramposo».

Chávez ordenó vigilar la frontera común y anunció restricciones comerciales. Colombia exporta por valor de casi 500.000 millones de euros a Venezuela, su segundo país importador tras EEUU.

Uribe reaccionó iracundo señalando que «la verdad es que necesitábamos una mediación contra el terrorismo y no a personas que legitiman el terrorismo». Espetó a Chávez que «si usted alberga un proyecto expansionista en el continente, este plan no pasará en Colombia».

Acoso a Piedad Córdoba

La senadora colombiana Piedad Córdoba, implicada en la mediación junto a Chávez, sufre una campaña de acoso en toda regla.

La Corte Suprema de Colombia la investiga por «traición a la Patria». Paralelamente, ha recibido amenazas de muerte.

Córdoba fue secuestrada durante varios días en 1999 por los paramilitares. Uno de sus asesores, el historiador Jaime Enrique Gómez, apareció muerto en marzo después de desaparecer en un parque de Bogotá.