El presidente de Bolivia, Evo Morales, se sumó ayer en El Alto, con La Paz a los pies, a una marcha de campesinos que exige al Senado, controlado por las oposición, que levante su bloqueo a un proyecto de ley para reconocer subsidios a los mayores de 65 años.

La marcha se convirtió en una muestra de apoyo a la mayoría política del país y a su proyecto para redactar una Constitución más igualitaria y respetuosa con los hasta ahora conculcados derechos de los indígenas, la mayoría -hasta ayer silenciada- del país andino.

La marcha tuvo lugar un día después de los graves disturbios en Sucre después de que la Asamblea Constituyente, vetada por la oposición, aprobara en su conjunto el nuevo texto.

Precisamente ayer murió una cuarta persona por las heridas sufridas en el transcurso de estos enfrentamientos.

La oligarquía blanca de Bolivia manipula los sentimientos locales en Sucre a favor de que esta ciudad se convierta plenamente en la capital del país. La polémica Sucre-La Paz provocó una guerra civil -la Guerra Federal- que acabó en una componenda a finales del siglo XIX.