Tras dieciséis años, desaparece definitivamente de la parrilla de La 2, «Línea 900». El recopilatorio de estos años, emitido el pasado domingo, nos coloca ante una visión histórica de un tipo de televisión que abrazó una magnífica idea, aprovechar lo que en aquel momento hizo furor, las líneas telefónicas que se empezaban a marcar con el 900 y significaba que pagaba el receptor de la llamada. Lo que fue parte de las estrategias comerciales servía para recibir información en tiempo real a los medios de comunicación, y con ello lograr un incremento de la participación. Y desde este punto de apoyo fueron planteando los temas que proponían los telespectadores, y se realizaron reportajes bastante duros y comprometidos, con la participación ciudadana muy activada, lo que acabó creando problemas al acercarse a asuntos donde la corrupción, la falta de rigor administrativo o los intereses oscuros florecían y se intuía al fondo a sus responsables políticos.

Quizás hoy esa inmediatez la encontremos en internet en otros formatos, y al pasar esta página se dé un paso lógico, aunque la verdad sea dicha parece un formato que tiene todavía vigencia, y la prueba es que en alguna cadena generalista de reciente creación tienen ofertas muy similares, aunque con un aire más reportero y espontáneo, pero sin la profundidad que se le ha ido dando a lo tratado en el que ahora despedimos. Fue una de nuestras alegrías de fin de semana durante años, ahora es recuerdo.

Lo curioso es que se despidió inmediatamente después de la emisión de «Página 2», una nueva oferta cultural de La 2, dedicada al mundo de la edición, del libro, tratado de una manera formal bastante más ágil, con una obsesión que en ocasiones les lleva a lugares sin retorno, como fue presentar las novedades en un gran salón de peluquería, una buena idea, quizás un poco forzada. Seamos positivos: lo primero a celebrar es su existencia, y su manera de hacerlo, su intento de movilidad, no hay plató, queda por ver su eficacia. Algo a favor del programador: está colocado en domingo en horario de tarde-noche, es decir, no está marginado a la trasnoche. Todo un detalle.