Aparcada hace veinte días la idea de afrontar la reforma integral del reglamento del Parlamento de Gasteiz, los grupos de la Cámara inician mañana una nueva fase de las negociaciones para tratar de consensuar algunos retoques que agilicen el funcionamiento interno. Y tampoco está del todo claro hasta dónde se podrá avanzar.

Cada grupo debiera ir a la reunión con un listado de las reformas que considera imprescindibles, de aquellos puntos en los que ven la posibilidad de alcanzar algún tipo de acuerdo a la vista de las enmiendas presentadas ya por el resto y de los límites infranqueables.

El actual reglamento del Parlamento data de 1983 y, según reconoce la mayoría de los grupos, tiene bastantes carencias en lo referente al control del Gobierno y los plazos de tramitación y el funcionamiento de algunas comisiones hace que, en ocasiones, el tiempo que transcurre desde que se plantea una iniciativa hasta que se trata, haya provocado la total descontextualización de la propuesta.

A fecha de hoy, parece existir un cierto consenso generalizado en la agilización de trámites y en reforzar la acción de control del Gobierno a través de plenos quincenales. Habrá que ver si es posible avanzar también en una profundización y normalización del uso del euskara en la Cámara autonómica.

Además, la totalidad de los grupos ven necesario recoger fórmulas para resolver los desequilibrios que pueden darse cuando un parlamentario o parlamentaria ha de permanecer varias semanas de baja por enfermedad o maternidad.

El último intento de reforma se dio en 1998 y la exigencia de jurar la Constitución se convirtió en un obstáculo insalvable.