El proceso contra Yvan Colonna, nacionalista corso acusado de la muerte en atentado del prefecto francés Claude Erignac en 1998 entró ayer en una fase decisiva que coincidió con las crecientes dudas sobre su «culpabilidad».

El entonces jefe de la Policía Antiterrorista, que ha defendido a capa y espada una investigación muy cuestionada, insistió ayer en que está «totalmente convencido» de que Colonna sería el «séptimo hombre» -otros seis han sido condenados-.

Roger Marion basa su convicción en «las declaraciones concordantes» de los testigos y en las «confesiones» de sus presuntos cómplices.

Por contra, la defensa critica duramente la instrucción y recuerda la acusación a la Policía por presiones en los interrogatorios a los detenidos.

Ningún testigo del atentado ha reconocido a Colonna. Al contrario, el médico legal asegura que la persona que disparó tres veces contra el máximo representante francés en la isla mediterránea era de estatura alta, muy superior a la del acusado. El propio sucesor de Erignac, el prefecto Bernard Bonnet, que debe comparecer como testigo, ha hecho suyas las dudas sobre la «culpabilidad» de Colonna. Este último ha asegurado desde el banquillo a los familiares del acusado que él no mató al prefecto.

Sesión crucial el jueves

El jueves comparecerán, a petición de la defensa, los seis condenados por el atentado.

La Policía utilizó las «confesiones» de cuatro de ellos para imputar la acción a Colonna. Una vez en prisión todos negaron responsabilidad alguna del acusado.

El veredicto se conocerá el 12 de diciembre.