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Doce kilómetros y medio de estanterías y 300.000 libros

La Biblioteca Foral de Bizkaia inauguró ayer las nuevas instalaciones, tras varios años de obras invertidos en su ampliación y modernización. Son seis plantas que suman 12,5 kilómetros de estanterías.
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Karolina ALMAGIA | BILBO

Representantes institucionales e invitados se dieron cita ayer en la Biblioteca Foral de Bizkaia, donde quedaron oficialmente inauguradas las nuevas instalaciones, tras un laborioso proceso de reforma y ampliación que comenzó en 2003 y ha costado más de 18 millones de euros.

El histórico edificio de la Biblioteca Foral, ubicado en la céntrica calle Astarloa, es el núcleo de la nueva Biblioteca, ahora ampliada con la superficie del antiguo Conservatorio, anexo, y tres nuevas áreas: el espacio subterráneo de los garages, la torre de oficinas y un Contenedor de Libros fabricado en vidrio. Este último elemento es el más espectacular, pues permite ver desde el exterior los fondos que acoge. El vidrio, además, refleja durante el día la imagen de la fachada trastera del Palacio Foral, y durante la noche proyecta los libros que se guardan en el interior gracias a un sistema de iluminación. Es, según lo describió ayer el diputado general José Luis Bilbao, «la nueva postal de la ciudad».

Aunque en todo este tiempo no se han llegado a cerrar del todo los servicios básicos bibliotecarios, desde ayer están abiertos al público la totalidad de las nuevas instalaciones: seis plantas, de las que diez mil metros cuadrados son de uso bibliotecario, con unos 450 puntos de lectura e investigación.

Nuevos servicios

Esta reforma ha permitido también la puesta en marcha de nuevos servicios: documentación bibliotecaria, bibliografía y heráldica, acceso a internet (con 16 puestos) y zona wifi, unidad de publicaciones e información local. Las salas de estudios, dotadas de luz natural, acogen 90 plazas.

Los fondos de la Biblioteca Foral, integrados por 300.000 volúmenes, se encuentran ya instalados en los 12.5000 metros lineales de estanterías. Con ellos, la Biblioteca gana un 170% más de capacidad, distribuida entre el Contenedor de vidrio y las diferentes salas de consulta.

El acceso al Contenedor está totalmente restringido; sólo pueden entrar los técnicos, pero una parte importante de los fondos se ha sacado al libre acceso. En el Contenedor se guardan los fondos más valiosos, entre los que hay 40 incunables (entre ellos «Missale Tirasonenesis», impreso en Iruñea en 1.500 por Arnaldo Guillén de Brocar), más de 10.000 volúmenes de obra antigua y hasta 624 manuscritos.

La Biblioteca Foral se formó en 1894 con los fondos personales del político y escritor Fidel de Sagarminaga donados, a su muerte, por sus familiares. Sus 12.000 libros se guardaron al principio en una sede de la Plaza Nueva. Tras pasar por varias ubicaciones, en 1929 se inauguró la Biblioteca Foral en el actual edificio.

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