El jefe del Ejército, único candidato para ocupar la presidencia de Líbano
El jefe del Ejército libanés, Michel Sleimane, es el único candidato para ocupar la Presidencia de Líbano, vacante desde hace una semana, apoyado por la mayoría prooccidental y la oposición prosiria. Pero su elección está a la espera de una enmienda constitucional.
GARA | BEIRUT
«El general Sleimane es un candidato inevitable. Es la única elección, que debe ahora ser concretada por una enmienda de la Constitución», afirmó a la agencia AFP un responsable de la oposición prosiria y proiraní.
«La enmienda es una condición sine qua non para la elección del jefe del Ejército, ya que con arreglo al artículo 49 de la Constitución libanesa, los altos funcionarios tienen prohibido convertirse en jefe del Estado, salvo si dimiten de su puesto dos años antes de la elección. La enmienda debería discutirse en sesión parlamentaria en los próximos días», añadió al responsable.
El jefe del Ejército no se ha presentado como candidato, pero en Líbano no es obligatorio hacerlo para llegar a ser presidente. El Parlamento elige al jefe del Estado. La sesión parlamentaria consagrada a la elección fue fijada para el viernes, después de seis aplazamientos derivados de la falta de consenso entre los dos bloques.
«Si (la enmienda) pasa como se prevé, se debería tener presidente el viernes», declaró Karim Pakradoni, presidente del partido cristiano de la Falange y miembro de la mayoría parlamentaria prooccidental.
Después de haber propuesto el nombre del general Sleimane como solución al bloqueo, la mayoría, apoyada por Occidente, debería anunciar su apoyo oficial a esta candidatura, según Antoine Zahra, diputado de las Fuerzas Libanesas (cristiano).
La coalición en el poder se oponía en principio a toda enmienda constitucional, después de que la elección y la reelección del ya ex presidente Emile Lahoud, también antiguo jefe del Ejército, requirieron en 1998 y 2004 de «enmiendas impuestas por Siria».
«La mayoría aceptó el principio de la enmienda para hacer frente a un vacío presidencial inaceptable», explicó Zahra.
Hasta las legislativas de 2009
Uno de los pilares de la oposición, el cristiano Michel Aoun, él mismo candidato a la presidencia, apoyó también la candidatura del general Sleimane, pero a condición de que ocupe el cargo solamente dos años, hasta las legislativas de 2009.
El mandato presidencial es de seis años no renovables. Hezbollah vinculó su apoyo al jefe del Ejército a la aprobación de Aoun.
De ordinario muy discreto en sus desplazamientos, el general Sleimane multiplicó los encuentros con representantes políticos y dignatarios religiosos. Aunque algunos lo acusan de ser un aliado de Damasco, el general Sleimane se mantuvo neutral en la crisis en torno a la presidencia, pidiendo a sus tropas que permanecieran al margen de los conflictos políticos.
La mayoría prooccidental acusa la oposición de querer un presidente sujeto a las directrices impuestas por Damasco y Teherán, mientras que ésta considera que la coalición en el poder quiere a un jefe del Estado alineado con las tesis de Estados Unidos.
La crisis libanesa se interpreta como una prolongación del pulso que mantiene Estados Unidos con Siria e Irán.
Según Pakradoni, existe «un acuerdo regional e internacional sobre la persona del general Sleimane». «Siria está hoy ante una prueba, sobre todo teniendo en cuenta que no tiene nada que repetir sobre el jefe del Ejército», consideró, por su parte, Farès Soueid, miembro de la mayoría antisiria.
Un grupo de diputados prepara una petición para que se enmiende el artículo 49 de la Constitución de ese país, con el fin de poder elegir como presidente al jefe del Ejército, Michel Sleimane, según el diario «An Nahar».