Osasuna Los de Ziganda estuvieron en puestos de descenso durante cinco minutos
Dady reflota a los rojillos en el tramo final del partido
Al igual que la campaña pasada, el Deportivo volvió a convertirse en el revulsivo rival que necesitaban los navarros para enmendar una nefasta trayectoria y evitar caer en las plazas calientes de la clasificación
Natxo MATXIN | IRUÑEA
Osasuna estuvo en puestos de descenso durante cinco minutos pese a empatar en Riazor. Sin embargo, la quinta diana de Dady -el caboverdiano demostró que, aunque con la colaboración del rival, también sabe lanzar faltas- devolvió la vida a los navarros, quienes no merecieron sino obtener una victoria en tierras gallegas.
Al igual que la temporada pasada, el Depor volvió a convertirse en el mejor revulsivo para los de Ziganda. No sería malo que el triunfo cosechado ayer fuera la espita de un mes de diciembre tan positivo e histórico como el que todo el entorno rojillo vivió durante la campaña anterior.
Hasta en nueve ocasiones remató Osasuna con intención durante los cuarenta y cinco minutos, pero el empeño rojillo no obtuvo el premio perseguido. Los de Ziganda saltaron a Riazor con la clara intención de buscar la portería de Aouate y abortar de paso la trayectoria negativa de tres partidos consecutivos besando la lona.
El encuentro comenzó con mucho ritmo y la mayoría de las ocasiones navarras se centraron en el primer cuarto de hora. En este periodo, Osasuna pudo, por lo menos, adelantarse en el marcador, cuando no haber dejado sentenciado el envite. Pero ni un incisivo y peleón Dady, ni un correoso Plasil estuvieron acertados de cara al marco contrario. El cancerbero judío deportivista justificó su sueldo en la mayor parte de las aproximaciones visitantes y en el resto los atacantes rojillos demostraron tener la pólvora mojada.
La mejor aproximación local fue abortada por una magnífica parada de Ricardo poco antes de la media hora de choque. Hubiera sido injusto que Bodipo hubiera superado la manopla del guardameta madrileño cuando fueron los de Ziganda los que en más ocasiones y con mayor peligro se acercaron al marco rival.
A la primera
La reanudación hizo justicia a lo visto sobre el césped coruñés. Si en el primer periodo ninguna de las llegadas se habían materializado, en el segundo a la primera se holló la puerta contraria. Plasil consiguió su primer gol como rojillo en una bonita volea con pierna izquierda cuando apenas se había cumplido un minuto.
A partir de ahí, Osasuna se dedicó a nadar y guardar la ropa, más centrado en lo último ante un romo Deportivo, que ante la cesión de terreno comenzó a dominar de una manera más clara. Los rojillos tuvieron la ocasión de matar el partido en un robo de balón de Margairaz al borde del área rival, pero su remate con la zurda fue al muñeco.
Todo el trabajo estuvo a punto de marcharse al traste con el empate de Rubén -los rojillos estuvieron en puestos de descenso durante cinco minutos- en uno de los pocos servicios que el guante de Guardado pudo poner a balón parado, coincidiendo con el cambio de Juantxo Elia por Ricardo, que acabó siendo sustituido por golpearse con la cabeza en el poste tras el segundo paradón de la tarde.
Dady puso justicia al mejor hacer de los navarros en el filo del tiempo reglamentario cuando transformó un golpe franco directo al borde del área, con la colaboración de la barrera deportivista y del propio Aouate, inmaculado hasta entonces.
La fuerte contusión en la cabeza que sufrió Ricardo al golpearse con el poste sólo quedó en un susto, ya que el guardameta madrileño ni siquiera perdió el conocimiento. Ricardo entrenará hoy con normalidad -10.30- y ni siquiera se le someterá a otros exámenes médicos.
Tras encadenar tres derrotas consecutivas, dos de ellas en casa, la victoria en Riazor les sabe a los de Ziganda como el maná del desierto. El técnico rojillo no ocultó su satisfacción por los tres puntos cosechados, ya que «la necesitábamos para nuestra autoconfianza, sabíamos el camino que había que seguir, pero necesitábamos confirmarlo».
«El equipo ha jugado muy bien, metido por completo en el partido, y creo que hemos estado más cómodos que el Depor y con muchas más llegadas que ellos. En líneas generales, mis futbolistas han protagonizado un encuentro muy completo», analizó el de Larraintzar.
El Cuco resaltó a la hora de valorar el choque disputado contra la escuadra gallega que sus hombres «han estado con mucho nervio porque necesitábamos reencontrarnos, ya que estábamos entrenando muy bien y no encontrábamos recompensa, aunque hay que reconocer que en esta ocasión hemos tenido un poco de fortuna en el tramo final».
En cualquier caso, Ziganda insistió en la circunstancia de que su equipo necesita hacer un encuentro muy completo para sacar algo positivo. «Tenemos que hacer muchas cosas bien para ganar un partido, si estamos normales, acabamos perdiéndolo», comentó.
El preparador osasunista, que no vio si hubo dos penaltis a favor de su equipo «aunque mejor para todos que al final no ha sido un aspecto decisivo», comentó que «queda mucho porque esto es muy largo y consiste en una pelea diaria, pero a nadie le gusta estar ahí abajo porque estas fechas pasadas se nos han hecho unas semanas muy largas tras las tres últimas derrotas consecutivas».
Los equipos juveniles de Osasuna no tuvieron la misma suerte en su última jornada liguera. Así, mientras los de División de Honor consiguió doblegar (2-1) al Lagunak en un partido muy bronco, los de Liga Nacional sucumbieron (5-1) contra Oberena.
La Federación de Peñas de Osasuna entregó un obsequio a su homónima del Deportivo una hora antes del choque en la cafetería del Playa Club. Con ello se rubricaron las cordiales relaciones que vienen existiendo entre ambas aficiones durante estas últimas temporadas.
Un total de 700 aficionados desplazados a Riazor pudieron disfrutar en directo de la segunda victoria rojilla lejos de El Sadar. La hinchada navarra acabó cantando el Riau-Riau en los últimos minutos del choque, poco después de que Dady consiguiera el 1-2.