Putin vence claramente entre denuncias y anuncio de recurso
El partido de Vladimir Putin, Rusia Unida, se alzó con el triunfo en las elecciones legislativas, unos comicios calificados como «amañados» por la oposición y plagados de denuncias de irregularidades y de presiones a los votantes. El Partido Comunista anunció que impugnará las elecciones antes de conocer los resultados oficiales porque «las violaciones superan todas las normas», según denunció el responsable de su servicio jurídico, Vadim Soloviev.
GARA | MOSCÚ
Los primeros resultados oficiales ofrecidos por el presidente de la Comisión Electoral Central, Vladimir Churov, otorgaron un triunfo arrollador a Rusia Unida, partido liderado por Vladimir Putin.
Con el 34% del voto escrutado, Rusia Unida consigue un 63,3% de las papeletas, porcentaje que supera las previsiones de los primeros sondeos a pie de urna. El Partido Comunista se erige como segunda fuerza política con un 11,4%; se convierte, además, en la única fuerza en la oposición. El Partido Liberal Democrático y Rusia Justa, favorables ambas al Kremlin, obtienen un 9,5% y un 7,5%, respectivamente.
Las otras siete formaciones que concurrieron no lograron obtener el mínimo del 7% de votos para acceder a la Cámara Baja.
El Kremlin transformó la cita electoral para elegir a los 450 representantes a la Cámara Baja en un plebiscito sobre la popularidad de Putin, una fórmula que permitirá al actual presidente mantener su influencia tras las presidenciales de 2008, comicios a los que, según ha anunciado, no se presentará.
El jefe del partido en el poder en Rusia, Boris Gryzlov, incidió en esa apreciación en la comparecencia ante la prensa tras los primeros datos oficiales. Consideró que las elecciones fueron un «referéndum de apoyo a la política de Vladimir Putin» y constituyeron una «victoria» para el presidente.
«Torrente de infracciones»
A lo largo de la jornada, las denuncias de irregularidades y presiones fueron constantes, de tal manera que el Partido Comunista - la formación más potente después del partido de Vladimir Putin- anunció que recurrirá ante la Corte Suprema sin esperar a los resultados definitivos para denunciar que «el torrente de infracciones supera los niveles admisibles».
«Los abogados ya están preparando las demandas, sin esperar siquiera los resultados definitivos», manifestó Vadim Soloviev, jefe del departamento jurídico del Partido Comunista, citado por la página digital Gazeta.ru.
La transparencia de los comicios también fue cuestionada por el Grupo de Observadores Golos, principal ONG rusa de observación electoral, que denunció que varios votantes habían recibido dinero para votar a favor del partido del Gobierno, según informó su portavoz, el experto político Alexander Kynev, que calificó la situación electoral de «orgía».
Según Kynev, los votantes de la ciudad de Pestovo denunciaron que les entregaron papeletas ya rellenadas a favor de Rusia Unida, mientras represen- tantes del partido seguían haciendo campaña el mismo día de los comicios, algo prohibido por la ley electoral. Igualmente, la presencia policial en determinados colegios electorales era mucho mayor de lo normal. «La naturaleza uniforme de las negligencias electorales en Rusia significa que se trata de una campaña organizada», señaló.
Citó, además, el uso de las urnas móviles, destinadas a facilitar el voto a las personas inválidas y a los vecinos de localida- des sin colegio electoral. «El número de las personas inscritas para votar de esta manera es anormalmente elevado», dijo.
Funcionarios de todo el país se quejaron de que sus superiores les exigieron votar en colegios electorales específicamente instalados en su lugar de trabajo. Una joven de 18 años denunció que sus compañeros de la Academia de Leyes de Saratov se vieron obligados a informar a sus jefes de que habían votado a Rusia Unida. «En caso contrario, hubieran sido despedidos».
El empresario Andrei Lugovoi, principal sospechoso de la muerte del ex espía Alexandr Litvinenko, obtuvo acta de diputado. El Partido Liberal Democrático (PLD), en cuyas listas figura Lugovoi como número dos, consiguió más del 7% de los votos necesarios para acceder a la Cámara.
Valentina Petrova votó, como decenas de millones de sus conciudadanos, en los comicios para elegir 450 representantes para la Cámara Baja, pero lo hizo en su propia cocina, donde recibió al equipo encargado de una de las «urnas ambulantes». «¿Van a votar?», preguntó uno de los porteadores al llamar a la puerta de su casa. Después de rellenar un formulario certificando que no puede ir a un colegio electoral -Sokolniki, su pueblo, es demasiado pequeño y no tiene- vota por Rusia Unida, el partido que encabeza Vladimir Putin.
Estas urnas móviles preocupaban a los observadores de la oposición. El Partido Comunista denunció ya por la mañana «las violaciones gruesas» en este ámbito.
Nina Vassilieva, una jubilada de 68 años, deposita su voto en bata y en zapatillas en el vestíbulo de su casa, un edificio de dos pisos que alberga a diez familias en este pueblo de algunas decenas de habitantes situado a 60 kilómetros al norte de Moscú. Prefirió hacer su elección en privado, pero la mayoría de los campesinos votaron abiertamente. A algunos kilómetros de allí, en el pueblo de Andreyevskoye, votan también en la cocina, en familia, tres generaciones. «Muéstranos cuál es la de Vlad», dijo Nikolai , de 81 años. El funcionario se negó. Su hija, Galina, le marca la línea sobre la enorme papeleta antes de votar a su vez por Rusia Unida. «Por supuesto que me gusta Putin. El país es muy grande y por supuesto hay errores», explica. La hija de Galina se acerca a su vez, en bata, y vota, pero a una lista de la oposición. Sus vecinos, Alexandre y Vera, votaron en su cocina, entre un pote de mermelada y una olla eléctrica. «Voté por los comunistas», dijeron.