ATHLETIC • 20 años después, victoria en Valencia
Gran baño de autoestima al destrozar la estadística
Beñat ZARRABEITIA | BILBO
La trayectoria de los equipos suele variar con partidos y situaciones concretas que marcan su deriva. El Athletic ha tenido que padecer dos horribles años plagados de problemas y sufrimiento, por ello, la reacción de los jugadores al finalizar el encuentro fue más que elocuente. El conjunto rojiblanco y su entorno se dio un auténtico baño de autoestima al vencer en un campo que hasta ahora había sido maldito en los últimos 20 años. Pero, ayer un huracán de confianza y solvencia pasó por Mestalla y otorgó un triunfo que puede marcar un antes y un después respecto al pasado reciente del equipo.
Los rojiblancos hicieron un gran partido en un campo de Champions, ante uno de los más poderosos de la liga y sirvió para reivindicar y demostrar a que este equipo tiene mimbres más que suficientes para morder siempre en casa, ser serio fuera y pasar una temporada sin agobios. Ayer, además, figuras como las de Llorente, Ustaritz, Iraola, Yeste, David López y prácticamente todo el equipo revindicó su nivel. En definitiva, todo un baño de autoestima que sirve para destrozar la estadística de los últimos 20 años, dar un salto clasificatorio y afrontar llenos de moral el partido contra el Madrid, el antagonista deportivo y sociológico.
Los resultados de la jornada y la dura losa de la mala racha en Mestalla marcaban el arranque del choque. Un fantasma que planeó cuando nada más empezar Silva tuvo una gran ocasión para adelantar al Valencia, pero falló en el área pequeña tras haberse adelantado a Iraola.
A pesar del aviso, el Athletic no se puso nervioso y demostró que su principal objetivo era salir rápido de la cueva para generar opciones en la zona de peligro valencianista. Los rojiblancos, llegaban con pocos hombres y relativo peligro, mientras los che llevaban la teórica iniciativa del choque. Pasados los 10 minutos, el asistente de Ontanaya López anuló un gol a Gabilondo por fuera de juego de Llorente. Fue el primer aviso y una nueva demostración de la efectiva llegada del de Añorga al segundo palo. Un trabajador Athletic, con algunos jugadores como Yeste ofreciendo una inusitada solidaridad, siguió plantando cara a un plano e inoperante Valencia.
Bajo esa tónica, donde el Valencia volcaba su juego hacia Joaquín y en el que Fernandes y Edú no hacían olvidar a Baraja y Albelda, llegó el detalle clave para el Athletic. A la media hora de juego, una buena llegada con disparo de Gabilondo provocó un córner. El saque de esquina fue despejado, pero provocó una falta sobre Orbaiz al borde del área. Todo un caramelo para Yeste. El basauritarra tenía un perfil perfecto y no perdonó. Golazo. El Athletic tenía el partido donde quería, su obligación pasaba por evitar a toda costa un empate antes del descanso. Los vizcainos controlaron el choque, aguantaron las previsibles envestidas che y lograron desatar las primeras quejas de la parroquia valencianista.
Control y júbilo rojiblanco
El segundo tiempo fue una sonata de viento pleno en desacierto por parte del Valencia y seridad rojiblanca. Un hecho que se acrecentó con el segundo gol en una gran jugada que remató Llorente. El partido estaba en la mano. El éxtasis llegó en el descuento cuando, de nuevo, Llorente remató la faena y marcó el tercero. Fin de fiesta y descarga de tensión y adrenalina para soltar telarañas del pasado.