Durangoko azoka
Los autores georgianos animan a construir puentes con el euskara
Georgia es el país invitado este año en la Feria del Libro y Disco Vasco de Durango y ayer una representación de escritores mantuvo un encuentro con el público para hablar de la realidad literaria de su país. Según dijeron, allí se lee, se escribe y se edita mucho, pero el pequeño tamaño del mercado impide que muchos autores puedan vivir de su literatura. Los georgianos aseguraron, además, que en su tierra existe un gran interés por la cultura vasca.
Karolina ALMAGIA | DURANGO
«En Georgia los vascos son muy populares y queridos. Hay una creencia extendida de que las dos lenguas tienen un mismo origen y por eso consideran a los vascos de su familia», aseguró la vicepresidenta de la asociación vasco-georgiana Ertoba, Tamara Gamilagdishvili, ayer, en la sesión sobre literatura georgiana que tuvo lugar en el Elkartegi de Landako.
Tamara Gamilagdishvili estuvo acompañada de David Turashvili, novelista y dramaturgo, y David Magradze, poeta muy popular, ex ministro de Cultura y autor del himno de Georgia. Faltaron los editores Nugzar Tsiklauri y Tamar Ebralidze que, por problemas de visados, no pudieron acudir a la Feria, aunque enviaron una carta de saludo.
Los que sí estuvieron en Durango abogaron por «construir puentes» entre la cultura vasca y la georgiana y citaron algunos proyectos ya en marcha, como la edición de libros de gramática y literatura georgiana y vasca, auspiciados por la asociación Ertoba, con ayuda del Instituo Europeo de los Pueblos y de las asociaciones de editores y escritores de Euskal Herria.
El escritor David Turashvili habló de la importancia de la literatura georgiana, con sus quince siglos de antigüedad. «Lo primero que se conoce es una novela del siglo V, aunque suponemos que antes se escribieron más cosas. En todo caso, es una literatura muy antigua, con un alfabeto propio». El libro más famoso de la literatura georgiana es «El caballero con piel de tigre», de Shotha Rustaveli, traducido al euskara por Xabier Kin- tana. Fue escrito a finales del siglo XII, la edad de oro de la literatura georgiana, que correspondió con la época de la reina Thamar, bajo cuyo reinado (1184-1212) Georgia alcanzó su máximo esplendor político y cultural. Durante el siglo XIX, la influencia de Europa occidental fue muy importante. Cabe destacar la poesía de Alexander Chavchavadse y Grigol Orbeliani, que se caracteriza por el uso de temas patrióticos y sus desmesuradas alabanzas al vino y las mujeres. Nikoloz Baratashvili escribió poesía al estilo de Byron y a finales del siglo XIX el hombre de letras más influyente de Georgia fue el patriótico Ilia Chavchavadse. «Después de que nos independizáramos de la URSS, las cosas cambiaron. Ya no es tan fácil para un escritor vivir de la literatura. Somos sólo 4 millones, es un mercado muy pequeño. Y, aunque se lee mucho, hay poco poder adquisitivo», indicó Turashvili.
Por otro lado y, «siendo un país tan pequeño, es curioso ver cómo cada georgiano sabe de la existencia del pueblo vasco, al que consideran de la misma familia. De hecho, hay muchos apellidos y topónimos que son euskéricos», dijo el novelista, quien se mostró dispuesto a aprender euskara para poder traducir algunas obras al georgiano. «Estoy seguro de que en Georgia suscitaría mucho interés la literatura vasca. Actualmente sólo está traducida una antología de poesía vasca, pero no hay nada de literatura contemporánea», añadió.
El poeta David Magradze, quien aseguró que desde que llegó a Euskal Herria se siente «entre amigos», insistió en la necesidad de formar a personas que dominen el euskara y el georgiano para que puedan hacer traducciones dignas de obras literarias. «Para mí, la política no es la única vía para acercar a nuestros pueblos. Tenemos que buscar nuestra vía individual. El contacto físico, como ha sucedido en Durango, es muy importante, porque el conocimiento del otro suscita curiosidad. También la literatura es una buena vía. Si un escritor traducido lleva su mundo a los lectores georgianos, estos se van a interesar por ese país».
Los autores georgianos hablaron también del mundo editorial en su pequeño país. «Las editoriales tienen tres ramas potentes: literatura infantil, libros de texto y traducciones», indicaron. «El lector georgiano es muy selectivo. Tiene una gran cultura literaria y pasa por ser muy exigente. Necesitamos ayudas para traducir obras de calidad, para que se conozcan otros autores, al margen de los más comerciales».
La literatura georgiana tiene una historia que se remonta a quince siglos atrás. La obra más popular es «El caballero con piel de tigre», traducida a todos los idiomas, entre ellos el euskara.
El lector georgiano es muy selectivo, tiene una gran cultura literaria. Se traduce a muchos autores, pero, pese a la curiosidad que hay por la cultura euskaldun, no tienen acceso a la literatura vasca.