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La Unión Africana no se cree los cantos de sirena de la Unión Europea

Las críticas a los planes de la UE de impulsar el libre comercio y la férrea oposición de Alemania al presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, marcaron el inicio de la cumbre de Lisboa. El presidente de la Comisión de la Unión Africana, Alpha Oumar Konaré, emplazó a Bruselas a que no «utilice mecanismos de otra época» y advirtió que «ningún país africano podrá llegar solo a buen puerto sin los otros, el destino de los que van mejor va ligado a los que van peor».

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Las duras críticas al presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, las diferencias comerciales y la denuncia la colonización y sus efectos marcaron el inicio de la cumbre UE-África que este fin de semana se celebra en Lisboa.

El primer ministro portugués, José Socrates, la describió como una «cumbre entre iguales» y apeló a mantener un diálogo franco, abierto y sin tabúes. «Somos iguales en nuestra dignidad humana etc... pero también en términos de responsabilidad política», subrayó.

A su lado, el presidente de Ghana y de la Unión Africana, John Kufuor, dijo que es tiempo de superar el pasado colonial. «Durante casi 500 años, las relaciones entre nuestros dos continentes no han sido buenas. Para corregir esta histórica injusticia e inhumanidad se necesita una nueva relación entre África y la Unión Europea», subrayó.

El inicio de esa «nueva relación» es, precisamente, uno de los principales objetivos de esta cumbre que ha congregado a 80 países. Pero, los diferentes puntos de vista, sobre todo, en materia comercial, no tardaron en aflorar. Así, los representantes africanos mostraron su rechazo a los Acuerdos de Asociación Económica que la UE quiere firmar con algunos países de África, Caribe y del Pacífico, y que implican el libre comercio.

El presidente de Senegal, Abdelayé Wade, denunció el unilateralismo europeo en este asunto y advirtió que «ningún país africano puede permitirse el lujo de desmantelar sus aduanas y dejar de recibir una importante cantidad de ingresos».

Afirmó que el plantamiento de Bruselas con estos acuerdos «es un mal enfoque que podría desencadenar un seísmo en África, donde muchos países no pueden tener un libre comercio con la Unión Europea».

Por su parte, el presidente de la Comisión de la Unión Africana (UA), Alpha Oumar Konaré, instó a la UE a que se abstenga de «utilizar mecanismos de otra época» con negociaciones aisladas que puedan enfrentar a las regiones. «Ningún país africano podrá llegar solo a buen puerto sin los otros, el destino de los que van mejor va ligado a los que van peor», resaltó.

La participación de Mugabe y el conflicto de Darfur fueron los principales protagonistas del debate político. Mientras el primer ministro británico, Gordon Brown, se negó a ir a Lisboa para denunciar la presencia de Mugabe, la canciller alemana, Angela Merkel, lo definió como «un mal ejemplo» e incidió en que «la situación actual en Zimbabue está dañando la imagen de la nueva África».

En lo que respecta a Darfur, la UE pidió a Jartum que «tome las medidas necesarias para acelerar las negociaciones y lograr un acuerdo de paz definitivo», y que acepte la presencia de tropas mixtas de la UA y la OTAN.

colonización

El presidente de Libia, Muamar al Gadafi, instó a los líderes europeos a elegir entre «devolver» los recursos expoliados a África durante el colonialismo o «invitar» a los africanos a vivir en sus países.

La inmigración y la influencia de China preocupan a Bruselas

La inmigración, el comercio, los derechos humanos, la seguridad y la paz, el desarrollo y el cambio climático centran desde ayer la agenda de la cumbre. De hecho, uno de los retos fijados por la UE es combatir el flujo de inmigrantes sin papeles y, al mismo tiempo, promover la llegada de «trabajadores cualificados». La Comisión Europea quiere atraer, en los próximos veinte años, a veinte millones de trabajadores de fuera de la UE. Para ello, en marzo de 2008, abrirá una oficina en Mali para advertir sobre los peligros de la inmigración clandestina y reclutar a trabajadores. Otra de las preocupaciones de Bruselas es cómo mitigar la creciente influencia de China en África, sobre todo, en materia comercial. GARA

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