Conocida la pasión del ser humano por la frontera, no es de extrañar el coqueteo del Gobierno socialista con la Iglesia. Por lo visto, en los límites de esa Iglesia hay individuos cercanos al pensamiento democrático a quienes conviene ganar para la causa. El PSOE ha incumplido zonas de su programa referidas a asuntos tan sensibles como el aborto y la eutanasia.

Los incumplimientos de programa deberían ser faltas graves, pues implican la ruptura de un contrato entre el votante ingenuo y el poder sagaz. Los gobiernos, al contrario que los votantes, disponen de asesores, abogados, confidentes, consejeros y gabinetes de estudio. Se supone, pues, que antes de incumplir el programa, evalúan el impacto sobre la masa electoral.

-¿Qué pasa si aparcamos lo del aborto y lo de la eutanasia?

-Mejoramos nuestras expectativas, pues nuestros votantes son, en estos asuntos, menos extremistas que los de la oposición. Es posible incluso que arañemos algún voto del PP.

-Procedamos, pues, al incumplimiento. En cuanto a los obispos, hacedles la pelota. Quizá nos vote algún párroco.

Y así estamos, incumpliendo el programa y halagando a los obispos. El trabajo de la frontera no es sencillo. Se requiere una fortaleza moral fuera de lo común para hacer lo que no se debe hacer, que viene a ser lo mismo que esa cochinada consistente en hacer de tripas corazón.

Los votantes, en cambio, no disponemos de gabinetes de estudios, ni de consejeros áulicos (qué rayos querrá decir áulico), ni de confidentes policiales. (...)

En la frontera rara vez se está solo. Ya hemos visto que hay en ella socialistas y conservado-res y curas y monjas y seres mitológicos, mitad carne y mitad pescado. Hay individuos con dos bocas y con siete brazos. La frontera es como el mercadillo de los pueblos, donde encuentras de todo, donde se firman acuerdos de todo tipo, donde se trata con las ideas como en otros sitios se trata con el ganado. (...)

Donde se está solo de verdad es tierra adentro. (...) La pregunta es si usted o yo, que no tenemos gabinetes de estudio, debemos votar con miedo.