Los principales sindicatos belgas salieron ayer a la calle a protestar contra el aumento de los precios de productos básicos y la moderación salarial. Las agencias de información cifraron entre 15.000 y 20.000 las personas que secundaron la convocatoria en las calles de Bruselas, aunque una huelga de un sindicato ferroviario pudo restar participación a la movilización.

Además de pedir mejoras salariales, los sindicatos reclaman la cohesión de la seguridad social y se quejan, en particular, de la carestía de productos básicos como la alimentación o el combustible.

Durante la marcha, que reunió a sindicatos socialistas, cristianos y liberales, se criticó también duramente a la clase política belga por no haber sido capaz de formar un Gobierno 200 días después de las elecciones, lo que ha generado una considerable inseguridad a la economía y a la política social.

«Estamos cansados de todas esas discusiones y broncas políticas», declaró el secretario general del sindicato cristiano demócrata ACV-CSC, Luc Corte- beeck. Los sindicatos también insistieron entre sus reivindicaciones en la cohesión del sistema de la seguridad social, ante las amenazas de división propiciadas por el enfrentamiento entre los partidos políticos flamencos y valones.

Tras la protesta, representantes sindicales se reunieron con el primer ministro en funciones, Guy Vehofstadt, quien se comprometió a presentar medidas de transición, especialmente en alimentación y energía. En los últimos seis meses «ha habido aumentos espectaculares» de productos como el pan y la leche, los combustibles para vehículos y para calefacciones.