Pese al empeño mostrado por las fuerzas policiales para dificultar el acceso a la localidad, miles de personas, 15.000 según contabilizaron los organizadores, secundaron ayer la manifestación convocada por AHT Gelditu! Elkarlana en Arrasate.

Ya para las cuatro de la tarde, el municipio presentaba un ajetreo inusual y las personas que se había acercado para mostrar su rechazo a la macroproyecto ferroviario se fueron acercando a Herriko Plaza.

A la pancarta, en la que se podía leer: «¡No a la imposición! ¡Stop TAV!», le costó abrirse camino entre toda la gente que abarrotaba los alrededores. Entre la multitud, representantes políticos de EHAK, Zutik, Batasuna, Aralar y ANV, y portavoces sindicales. Nada más dar los primeros pasos los portadores de la pancarta, se comenzaron a oir todo tipo de gritos y mensajes como «Herriak bizirik, AHTrik Ez!», «PNV, txikitzaile» o «AHT geldituko dugu!», que los asistentes repitieron una y otra vez hasta el final.

La manifestación trascurrió por las calles de Arrasate en un ambiente festivo y con gran colorido. Eran numerosas las pancartas, las pegatinas, y también hubo trenes de cartón para simular a la infraestructura que pretenden construir, simulación que no tardó en ser destruída cuando la marcha llegó a la plaza Biteri, lugar en el que concluyó la movilización. Los organizadores tuvieron que esperar para poder dar inicio al acto final, ya que la cola de la manifestación se encontraba aún lejos de ese punto.

En su intervención, Mila Elorza, en nombre de AHT Gelditu! Elkarlana, incidió en la importancia de este tipo de movilizaciones, porque «una vez más, miles de personas hemos unido nuestras voces para decir no a la imposición del TAV y exigir a las instituciones responsables la paralización inmediata de este proyecto». En palabras de Elorza, cada vez son más las mujeres y los hombres que muestran su rechazo a esta infraestructura y «ejemplos de ello son el sinfín de movilizaciones y actos de denuncia realizados en los pueblos, barrios y ciudades de Euskal Herria», así como las consultas populares o los pronunciamientos en contra del proyectos de decenas de ayuntamientos, sindicatos, partidos políticos...

«Por eso, quienes pretenden imponernos el TAV, quienes pretenden hacer de este macroproyecto despilfarrador e inútil el negocio de su vida, cada vez están más nerviosos», incidió. Muestra de ello son, según AHT Gelditu!, los constantes ataques que sufre este movimiento ciudadano, como son «la manipulación y la intoxicación más descaradas, la prohibición de consultas populares...».

Recordó que la ejecución de este proyecto viene a «reforzar un modelo económico y social que está generando un creciente desequilibrio ecológico y cada vez mayores desigualdades sociales y de género». Subrayó que precisamente por estas razones los proyectos de grandes infraestructuras han despertado amplios y diferentes movimientos de oposición, no sólo en Euskal Herria, sino también en otros países de Europa debido a sus graves impactos ecológicos y sociales y al «procedimiento impositivo mediante el cual han sido desarrollados».

La plataforma considera que la más efectivas de todas las alternativas es acometer un amplio debate y un profundo cambio del modelo de transporte, ordenación del territorio y sociedad que están imponiendo las instituciones al servicio de los poderes económico, por lo que una vez más llamó a sumarse a la lucha contra el TAV. «La próxima estación del tren de la lucha, del compromiso con un futuro socialmente justo y ecológicamente sostenible, es Euskal Herria», auguró.

También tomó la palabra Ino Galparsoro, alcaldesa de Arrasate, en nombre de la red de alcaldes y concejales contrarios al TAV, que manifestó que «la única forma de mostrar el rechazo ante este sinsentido es salir a la calle». Denunció que, tanto a los ciudadanos como a los ayuntamientos, no les facilitan información acerca del proyecto, y «no sólo eso, nos desinforman y nos engañan». Además, criticó que se castigue a aquellos que pretenden preguntar a la ciudadanía. «Al parecer al pueblo tan sólo lee puede consultar una persona o un partido», se lamentó. Aún así, Galparsoro hizo llegar el compromiso de la red de alcaldes y electos en contra del TAV para seguir trabajando duro y «mostrar el rechazo a esta imposición».

Especialmente alentadoras resultaron las palabras de Anita Dal Bianco, quien, en nombre del movimiento opositor al TAV de la comarca de Val Susa, en Italia, transmitió toda su solidaridad y apoyo al pueblo vasco y al movimiento contra el TAV. «Somos muchísimos y muchísimas, y por eso nos quieren criminalizar», opinó, al tiempo que se dirigió al público presente para preguntarse: «Dónde está la violencia si no en la imposición de este proyecto», que calificó de «monstruoso».

Criticó que en ambos casos, tanto en Italia como en Euskal Herria, instituciones y cargos públicos se llenan la boca con las ventajas que, según ellos, traerá consigo la construcción de estas macroinfraestructuras «que se nos venden como necesarias». «Como en Italia -comentó-, aquí también hablan de cohesión territorial, de desarrollo, de progreso, de prosperidad; utilizan palabras vacías y desprovistas de sentido porque saben que razones para construir el TAV no se encuentran en ninguna parte, si no es en sus propios bolsillos».

Dal Bianco se dirigió a las miles de personas que abarrotaban la plaza Biteri y les hizo llegar un mensaje claro: «Seguir luchando y si os golpean luchar con más determinación, porque no conseguirán pararos». Las palabras de Dal Bianco recibieron una fervorosa respuesta que se materializó en un sonoro aplauso.