Raimundo Fitero
Grupos
Sigue la guerra del fútbol. Un estudio más o menos serio de un grupo de economistas asegura que el deporte profesional forma parte de algo así como el tres por ciento del PIB. Lo dicen de manera global, y en lo particular hay que buscar los adjetivos precisos para entenderlo mejor. En ETB, la pérdida de los partidos de fútbol de la primera división en abierto ha significada una pérdida de cuota de pantalla, que por mucho insistir, no resuelven en términos cuantitativos con la inflación de partidos de pelota. Porque la economía del deporte se instrumentaliza fundamentalmente por vía televisiva. Y a las pruebas debemos remitirnos.
El pasado sábado, dos cadenas comerciales privadas emitieron el mismo partido de fútbol en directo. Se trata de una de las batallas más duras de la actual guerra de medios, con efectos colaterales muy amplios. Son coaliciones tácticas que tienden al incremento de la violencia programática. Lo colocamos todo en un terreno económico, aunque a nadie se le escapa que subyacen rebufos partidistas, es decir, políticos, o sea, económicos en términos absolutos. Que Prisa y Tele 5 hagan una pareja de hecho para fastidiar a La Sexta y Antena 3, es una visualización bastante sainetesca de la actual guerra.
Dibujemos de manera muy gruesa la situación: Prisa se siente ofendida, con un fuerte ataque de cuernos, porque una parte del zapaterismo con Pepiño Blanco a la cabeza han ayudado a que Mediapro, La Sexta y el nuevo periódico llamado Público, se conviertan en otra opción mediática a la oficialista del post polanquismo. La expresión más subrayada de este enfrentamiento viene dado por el fútbol, en donde Mediapro entró, con mucho capital y ha ido amenazando y dando partidos en abierto con la intención de ahogar a Canal + y a las plataformas de pago. La revancha de Prisa se sustenta en ofrecer a Tele 5 el mismo partido que va a emitir La Sexta. Una jugada a varias bandas, la cadena participada por Vocento, sube su cuota de pantalla para instalarse en esa barrera del veinte por ciento, fastidiando a Antena 3 y dejando a La Sexta en lo residual. ¿Qué gana Prisa? Debilitar a un proyecto muy oportunista. Los grupos contraatacan.