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VII CONGRESO DE EUSKO ALKARTASUNA

El reparto de votos y aplausos muestra que el consenso interno es aún débil

Había una lista única para la elección de la nueva Ejecutiva Nacional de EA, pero no todos sus miembros recibieron el mismo número de votos y todavía se ven comportamientos de bloque. Había un único candidato a presidente, Unai Ziarreta, pero un sector del congreso, el que acogía a una parte de los «críticos» guipuzcoanos, no se levantó ni aplaudió para saludar su elección. El propio Ziarreta reconoce que los consensos y las confianzas hay que trabajarlos.

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Iñaki IRIONDO | DONOSTIA

Nadie entre los dirigentes de EA quería salir de este congreso con una imagen de división y por eso el sábado se hicieron esfuerzos para acordar una dirección única. Pero entre la base, en los compromisarios, las heridas siguen abiertas. Se podía intuir anteayer en los corrillos que hablaban de «esos» y de «nosotros», y se comprobó ayer en el resultado de las votaciones y en la presentación de dos listas para la Asamblea Nacional.

Las votaciones son cargo por cargo y los compromisarios tienen la facultad de votar al candidato o hacerlo en blanco. Unai Ziarreta fue elegido presidente con el 66,23% de los 536 votos emitidos. Y todos los miembros de su sector, se movieron más o menos en esa horquilla, salvo Mikel Irujo, cuyo apoyo se elevó hasta el 80,78%.

Los componentes del sector «crítico» guipuzcoano obtuvieron entre el 46% y el 48% de los votos. Joseba Azkarraga, que declaraba que iba por libre pero que ha sido percibido por amplios sectores como apoyo de este sector, fue el miembro de la Ejecutiva que obtuvo un menor respaldo, el 45,7%.

Nekane Altzelai, que entró en la Ejecutiva de la mano de Azkarraga, no recibió el mismo castigo, y fue avalada por el 65,67% de los votos.

Da la impresión de que se mantiene, más o menos, ese 60% 40% del anterior congreso con una desviación de entre un 5% y un 10% en cada uno de los sectores capaz de votar también a los propuestos por el otro.

La división también pudo verse a la hora de los aplausos. Una buena parte de los compromisarios sentados en la zona más alta del salón, donde se podía identificar a «críticos» guipuzcoanos, no aplaudieron más que a sus tres representantes en la Ejecutiva. Ni al nuevo presidente ni tampoco a Azkarraga.

En cuanto a la Asamblea Nacional, ésta queda compuesta por los 56 componentes de la lista apadrinada por Ziarreta y Carlos Garaikoetxea, y por los 11 más votados de la candidatura auspiciada por otros sectores.

Acto de clausura

Una vez finalizadas las votaciones, comenzó el acto de clausura. En una primera parte, intervinieron los representantes de las fuerzas invitadas.

Mohamed El Mamun, representante del Frente Polisario en Euskal Herria, tuvo cariñosas palabras de afecto hacia Begoña Errazti. Y levantó los aplausos de los asistentes cuando anunció que las conversaciones de enero con Marruecos son la última oportunidad para la paz, que si no hay una hoja de ruta hacia la autodeterminación, el pueblo saharaui se sentirá libre para tomar otras vías, en clara alusión a la vuelta a las armas.

A continuación fue presentada la delegación de Batasuna. Un pequeño grupo de los «críticos» guipuzcoanos abuchearon a Pernando Barrena e incluso hubo un grito de «criminal». El resto del Congreso se puso en pie para aplaudirle. Unas 25 personas dejaron el salón mientras hablaba. Barrena se felicitó de la consolidación de EA, porque ello suma fuerzas dentro del independentismo. Además, agradeció al partido su lealtad para con la izquierda abertzale durante el proceso negociador, reconociendo que en ello había tenido un papel esencial la ya ex presidenta, Begoña Errazti, a la que mostró la amistad de la izquierda abertzale.

Después intervinieron, Jose Ramón Beloki, del PNV, que mostró la disposición de los jeltzales al trabajo en común; y Ana Sima, que trasladó el saludo del «hermano catalán» ERC.

Como lo resultados de la votación para la Ejecutiva Nacional se iban retrasando y dado que sólo había una lista, se procedió a la proclamación de los elegidos. Unai Ziarreta, en su primer discurso como presidente, abogó por la unidad del partido. Defendió la consulta prevista para octubre de 2008 y la necesidad de buscar un acuerdo previo. Pero en caso de no haberlo, llamó a respetar el principio democrático de que gana la mayoría, frente a quienes defienden «la transversalidad» dando capacidad de veto a las minoría.

Ziarreta cerró su intervención con una defensa de la independencia para buscar una sociedad más justa y cohesionada.

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