Las tropas británicas ceden el control de Basora al Ejército iraquí
Las tropas británicas de ocupación traspasaron ayer a las fuerzas iraquíes el control de la provincia de Basora, en el sur de Irak. Los 4.500 militares británicos desplegados en la región se retirarán a una base militar cerca del aeropuerto de Basora, en el oeste de la ciudad, antes de que su número se reduzca a 2.500 en la próxima primavera. Según un trabajo realizado por la BBC, el 86% de las personas encuestadas consideró negativa la presencia británica en Basora.
GARA |
Después de que el pasado 3 de setiembre el contingente británico de ocupación entregara a los responsables locales el control de la ciudad de Barosa, el Ejército británico completó ayer su «retirada» de la provincia del mismo nombre en una ceremonía celebrada en el aeropuerto internacional de la ciudad, donde quedarán acantonados los efectivos de Londres.
«La segurdiad de Basora está ahora en manos de los iraquíes», afirmó sin poder ocultar su alegría el consejero de Seguridad Nacional iraquí, Muwafak al Rubei, que acudió en representación del primer ministro, Nuri al Maliki, y calificó la cesión del control como «uno de los grandes acontecimientos en la provincia, que marcará el inicio de su reconstrucción». Basora es el principal centro de la industria petrolera en Irak, de donde procede cerca del 70% de las exportaciones de crudo iraquí.
El ministro británico de Exteriores, David Miliband, participó en la ceremonia, aunque fue el comandante británico Graham Binns quien firmó un protocolo de acuerdo con el gobernador de Basora, Mohammed al-Waili, sobre la restitución del control de esta provincia de 2,6 millones de habitantes, mayoritariamente chiítas.
Tras esta «retirada» de las tropas británicas, ahora todos los ojos se dirigen a las milicias chiíes que operan en la zona y que, en la práctica, la controlan «de facto».
El gobernador al-Waili es afiliado del partido Fahdila (la Virtud), que compite que las restantes dos grandes formaciones chiítas, el Consejo Supremo Iraquí islámico (CSII) y el movimiento del joven clérigo Muqtada al-Sadr.
El sábado, el influyente jefe del CSII, Abdul Aziz al-Hakim, garantizó que la competencia entre las facciones chiíes de Basora se jugaría en el ruedo político y «no iba a transformarse en un conflicto armado».
En cualquier caso, la presencia británica, que ahora quedará en un segundo plano, nunca ha sido aceptada por los ciudadanos de Basora. Así, según un estudio de la BBC, el 86% de los encuestados juzgó como negativa la presencia de los ocupantes británicos desde 2003.
Por su parte, Miliband, afirmó que Gran Bretaña seguiría siendo un «amigo comprometido» con la causa del Gobierno títere iraquí, y declaró que el objetivo de Londres es «ver a Irak gobernado por iraquíes, y para todos los iraquíes».
Según Binns, los ocupantes británicos han evitado durante los últimos cuatro años y medio que la provincia cayera «en manos de los terroristas». Formalmente, las tropas británicas se dedicarán en adelante a adiestrar a los militares iraquíes.
Basora es oficialmente la novena de las 18 provincias iraquíes que han quedado bajo el mando de las autoridades títere de Bagdad.
La «retirada» británica hace girar el foco de atención sobre las milicias chiítas que, en la práctica, controlan la región: el Ejército del Mahdi del clérigo Muqtada al-Sadr, las Brigadas Badr de Abdul Aziz al-Hakim y las fuerzas del partido Fahdila.
Irán anunció ayer que estudia la fecha y el rango de representación para su próxima reunión con EEUU sobre Irak, en la que Teherán tiene previsto exigir la salida de grupos opositores iraníes de este país.
El portavoz del Ministerio de Exteriores, Mohamad Ali Hosseini, confirmó que la nueva ronda de negociación con EEUU se celebrará a principios de enero, aunque precisó: «todavía estamos estudiando la fecha exacta y el nivel de representación». Hosseini, citado por la agencia IRNA, señaló que en esa nueva reunión «hablaremos sobre los grupos terroristas» en Irak, en alusión sobre todo a los «Muyahidin Jalq». Esta organización, que se cree que cuenta con unos 25.000 efectivos armados, tiene supuestamente presencia militar en zonas iraquíes fronterizas con Irán.
Teherán ha anunciado un plan para reforzar la seguridad en el oeste del país, donde serán minadas áreas fronterizas con Irak, donde suelen transitar grupos «malvados» y «monafequin», términos con los que los iraníes suelen referirse a los narcotraficantes y a los `Muyahidin Jalq', respectivamente.
Las conversaciones entre Irán y EEUU comenzaron en mayo con el principal objetivo de restablecer la seguridad en Irak, y son consideradas como el primer contacto directo desde hace 27 añosy Teherán .