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La Eurocámara asume el fin de las cuotas a textiles chinos pero reclama control

En le seno del Parlamento Europeo se asume como inevitable el fin de las cuotas a los productos chinos el próximo 31 de diciembre. No obstante, los eurodiputados han dejado constancia en una resolución no vinculante que hay instrumentos «legítimos» para afrontar posibles prácticas desleales de China y la Comisión Europea habla de un sistema de «doble control» para supervisar la evolución de los flujos de importación de productos como camisetas, jerseys y vestidos.

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El comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, da por sentado que las cuotas que limitan la entrada en la Unión Europea (UE) de productos textiles chinos no serán prorrogadas más allá del próximo 31 de diciembre. «Los productores europeos no han pedido más cuotas», afirmó en un debate en el Parlamento Europeo.

El comisario defendió que la estrategia política de la UE debe pasar ahora por exigir a las autoridades chinas más esfuerzos contra la falsificación de las marcas de confección europeas, así como el fin de sus propias barreras a los productos comunitarios.

«Queremos el mismo trato en China, que los productores chinos reciben en nuestro mercado», dijo Mandelson, y advirtió de que «la apertura del mercado europeo a China no será sostenible políticamente si no hay una apertura recíproca».

En junio de 2005, la UE impuso restricciones temporales a la importación de diez categorías de productos textiles y de confección chinos. Se trató así de reaccionar frente al incremento espectacular de las exportaciones chinas tras el fin del sistema internacional de cuotas, que se produjo en enero de ese año.

Las cuotas temporales europeas expiran el próximo 31 de diciembre. La Comisión Europea y el Gobierno chino establecerán entonces un sistema de «doble control» para supervisar la evolución de los flujos de importación de camisetas, jerseys, pantalones de hombre, blusas, vestidos, sujetadores, ropa de cama e hilo de lino.

En el debate que al respecto se produjo en el Parlamento Europeo, la mayoría de eurodiputados asumió como inevitable el fin de las cuotas a los productos chinos. No obstante, algunas voces reclaman más esfuerzos al ejecutivo comunitario para reequilibrar la balanza comercial, muy favorable a la industria textil china.

El valenciano Joan Calabuig (PSOE) reclamó «un seguimiento de las dos categorías de productos que han quedado excluidas del sistema de doble control acordado, es decir, tejidos de algodón y ropa de mesa y cocina».

El catalán Ignasi Guardans (CiU) hizo hincapié en la conveniencia de abrir el mercado chino a los productos europeos, pues sus restricciones actuales «ponen en una situación gravísima y muy delicada» a los fabricantes europeos. «La industria europea no pide barreras, pide reglas de juego iguales para todos» subrayó Guardans.

Evitar prácticas «desleales»

El pleno del Parlamento Europeo ha aprobado una resolución no vinculante en la que, sin reclamar el mantenimiento de las cuotas, recuerda a la Comisión Europea que hay instrumentos «legítimos» -medidas antidumping, antisubvención y de salvaguardia- para afrontar posibles prácticas desleales de China.

El sistema de cuotas a la importación de textiles procedentes de China, sin efecto a partir del 1 de enero de 2008, dará paso a un sistema conjunto de vigilancia de las importaciones durante un año. Este sistema permitiría, además, la adopción de medidas para salvarguardar los mercados de la UE de una crisis como la de 2005, ante la «invasión» de textiles chinos. Así, la Comisión Europea prevé el control sobre autorizaciones de exportación entregadas en China para ciertos productos textiles y el nivel de importaciones en la UE.

El sistema se centrará en el control sobre ocho categorías de productos particularmente sensibles, entre los que figuran camisetas, jerseys, pantalones, o vestidos. El comisario europeo de Comercio, Peter Mandelson, subrayó que el objetivo es «permitir una transición controlada hacia la liberalización de los productos textiles», prevista a finales de 2009 por la Organización Mundial del Comercio.

Por otra parte, el Gobierno chino ha acusado recientemente a EEUU de politizar los problemas comerciales entre ambos países, exagerar los casos de productos tóxicos y dañar la imagen de China. «Imponer restricciones al mercado normal o acudir a medidas proteccionistas sólo servirá para dañar los intereses de ambas partes», dijo la viceministra china Wu Yi.

El desequilibrio del comercio bilateral (234.000 millones de dólares de déficit para EEUU) es uno de los principales puntos a debate, así como la seguridad sanitaria de los productos que China exporta, después de una oleada de escándalos este año en torno a juguetes, fármacos o comida para animales, entre otros. A China, por otra parte, le interesa colaborar con EEUU en el desarrollo de energías renovables o una explotación más eficiente y menos contaminante de materias como el carbón, de la que se obtiene un 70% de la energía consumida.

la crisis de 2005

Las restricciones a la importación de diez categorías de productos textiles y de confección chinos se establecieron para hacer frente a la crisis creada en 2005 con lo que se llamó «invasión de textiles chinos».

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