El Granada 74 jugó con diez el segundo tiempo
La decisión para ganar acerca a tres puntos la tercera plaza
Un gol en el tiempo añadido de Díaz de Zerio en una falta que fueron a rematar ocho jugadores culminó la remontada de una Real que suma ocho partidos sin perder y que ayer recortó un mínimo de dos puntos con todos los rivales que le precedían.
GRANADA 74 1
REAL SOCIEDAD 2
Joseba ITURRIA | DONOSTIA
Los jugadores de la Real salían conjurados del vestuario tras el descanso para que ayer no se escapara la victoria en Motril y esa decisión de buscar el triunfo se tradujo en una acción en el tiempo añadido en la que ocho jugadores -seis en el área y dos en el rechace- se adelantaron a buscar el gol sin pensar en la posibilidad de perder en una contra. Gerardo sacó la falta y en la segunda jugada Elustondo colgó un balón que permitió a Díaz de Zerio reivindicar el mayor número de minutos que merece el mejor goleador que tiene el equipo guipuzcoano.
Fue maravilloso ver la piña que se formó para festejar el gol que valía mucho más que una victoria. Una imagen que refleja la unidad que reina en un grupo que camina firme en ese camino coherente lleno de obstáculos que ojalá lleve a la Primera División esta temporada. En ese camino el partido de ayer era clave y todo salió bien, porque se ganó y no lo hizo ninguno de los siete rivales -el Sevilla Atlético no lo es, a la Real le interesa que gane todos los partidos menos el de Anoeta- que le precedían, con lo que el ascenso queda a sólo tres puntos.
Y este equipo tiene claro lo que debe hacer para subir. Ajeno a los aires de grandeza de un Badiola que trasmitía desde Londres que iba a tratar ayer con Arsene Wenger el fichaje de un jugador del Arsenal sin pedirle su opinión a Coleman -¿no estaban ya cerrados hace un mes?-, la Real reiteró que necesita sólo una pincelada en la banda izquierda para dar ese plus que requiere un equipo unido ante la adversidad y que tiene claro que en Segunda no se gana con jugadores de salón sino peleando en campos como el de Motril hasta el final.
Así la Real sumó su octavo partido sin perder, con una serie de ocho de doce en los últimos cuatro desde que se ha apostado por un equipo joven made in Zubieta que se acerca poco a poco a los que le preceden.
Mal comienzo
Ayer los realistas tuvieron que demostrar su fortaleza para remontar un partido que comenzó mal porque Luque está tocado por los dioses y fue capaz de inventar un disparo lejano que sorprendió a un Riesgo que tampoco estaba tan adelantado. El mérito hay que dárselo más al interior izquierdo sevillano, que marcó su octavo gol en Liga. Muchos para un interior.
Todo estaba en contra de la Real, que tenía que llevar la iniciativa ante un Granada 74 que tiene cogida la medida a la perfección a un campo de mala calidad y reducidas dimensiones. De cualquier balón buscan a sus delanteros con un juego directo y sacan petróleo en las acciones de estrategia que bota su jugador más importante, Luque. En dos de ellas Torrecilla y Martí Crespí enviaron un remate alto en clara situación y otro al poste desde lejos, respectivamente.
Entre ambos disparos lejanos, los dos jugadores con más talento de la Real fueron capaces de fabricar dos claras ocasiones para Delibasic. El centro de Xabi Prieto fue cabeceado al poste y el pase con la izquierda de Aranburu fue aprovechado por el montenegrino para sumar su segundo tanto de la temporada.
Fue el premio a intentar jugar en un campo que no se prestaba mucho a ello. Y poco antes del descanso llegó la muy rigurosa expulsión del lateral derecho Ruz en una dura entrada a Gerardo que permitió a los blanquiazules jugar la segunda mitad con un jugador más.
Se podrá ver eso como una gran ventaja que casi obliga a ganar, pero para el que ataca no hay mucho beneficio por jugar con uno más porque el rival defiende con las mismas dos líneas de cuatro y el equipo que tiene la superioridad tiende a precipitarse y a perder la paciencia. Pero esta vez la Real fue capaz de conseguir el triunfo, aunque tuviera que esperar hasta el último minuto.
Buena aportación del banquillo
Para ello resultó clave la aportación que llegó desde el banquillo, algo que se echaba de menos en los primeros meses de Coleman en Donostia. El técnico galés interpretó bien la situación tras la expulsión de Ruz y colocó a Xabi Prieto en la izquierda para poner en problemas al oiartzuarra Saizar, que ha sido toda su vida delantero y se retrasó al lateral tras la expulsión.
El donostiarra trajo en jaque al equipo granadino y Tapia no tuvo más remedio que introducir a Juanlu en el lateral. La Real dominaba, pero no conseguía crear peligro a un Granada 74 que defendía bien y en las pocas veces que era superado conseguía que el asistente levantara siempre el banderín.
Además los granadinos aprovechaban bien el juego de Aranda, que protegía con acierto el balón y daba una buena salida a su equipo. Entre los cambios, las interrupciones y el trabajo de Aranda, el Granada 74 logró que pasaran los minutos sin apenas contabilizar más opciones que un disparo lejano de Gerardo que tocó en un defensa y fue a corner. Pero llegó la última falta y todo el equipo se fue a por la victoria con una decisión de ganar que no se debe perder.
Y fruto de esa fe llegó el gol de un hombre de refresco, un Díaz de Zerio que sigue fiel a rentabilizar con goles los minutos que juega. Todo fue bonito ayer. Porque era muy importante ganar y que no lo hicieran los demás rivales, pero también fue muy positivo que la Real fuera capaz de marcar dos goles con sus dos delanteros centros. Ojalá sigan en esa línea, lo que permitiría que Chris Coleman vuelva a pensar que le basta con un jugador de banda izquierda.
Porque este equipo no necesita para subir ni cuatro ni seis fichajes, de la misma manera que no precisa de un presidente listo que se crea que tiene la varita mágica para que las gallinas de la Real empiecen a poner huevos de oro. Lo que necesita este club es un Consejo que consiga unir a la inmensa mayoría de aficionados y que se limite a seguir el camino iniciado esta temporada porque seguro que si hay esa unión la Real subirá este año o el siguiente.
Porque lo primero que precisa este equipo para subir es no romper la cohesión que existe dentro del vestuario y que a ella se sumen la inmensa mayoría de los accionistas y aficionados para lograr que este equipo sea capaz de ser en Anoeta lo competitivo que es fuera. No es normal que un equipo que no sabe jugar a la contra como la Real lleve catorce puntos fuera, donde sólo ha perdido un partido en nueve visitas, y once en casa.
El entrenador de la Real, Chris Coleman, trasmitió tras el triunfo que «el mejor momento para ganar un partido es en los últimos momentos. Hemos intentado jugar bien a fútbol en un campo muy difícil y los jugadores han ganado mucho crédito, han creído en sí mismos y han demostrado mucha honestidad y mucho carácter. Hemos intentado jugar en el terreno rival porque el césped estaba muy mal y al final hemos conseguido un resultado muy positivo con una gran actuación».
En la misma línea el técnico galés reiteraba que «ha sido un resultado fantástico. Ha habido partidos en esta temporada en los que hemos perdido en los últimos minutos, en algunos de ellos sin merecerlo y la mejor manera de ganar un partido es ésta».
Sobre el desarrollo del partido y el cambio que introdujo en la segunda mitad, comentaba que «el campo no estaba para hacer grandes cosas, pero intentamos jugar. En la segunda parte colocamos a Xabi Prieto en la banda izquierda para aprovechar que tenían al lateral derecho expulsado. Hemos hecho ese cambio buscando sus internadas en banda izquierda y colocar a Gorka Larrea en el centro y Mikel Aranburu en la derecha y ha salido bien».
Sobre el arbitraje y la expulsión de Ruz comentó que «el árbitro ha estado en su sitio. Para mí la expulsión ha sido justa. Gerardo no es un jugador que simule faltas y la jugada ha tenido influencia en el juego. Ha habido partidos que hemos jugado contra diez y no hemos sabido aprovechar la circunstancia. Contra diez es normal tener problemas para crear ocasiones porque el rival con uno menos se echa para atrás, no deja espacios y es difícil jugar en ataque. Además salían al contragolpe. Los aficionados locales es normal que no estén contentos con el resultado del partido y con el colegiado, pero para mí ha sido el mejor árbitro que hemos tenido en lo que va de Liga».
Iñigo Díaz de Zerio estaba feliz tras conseguir el gol de la victoria y festejarlo con sus compañeros: «Seguro que el Milan no ha celebrado como nosotros el gol que ha marcado Kaka. Hay que ver la piña que hemos formado, hasta Deli ha entrado a celebrarlo, por lo que le ha sacado una tarjeta. Igual por todo lo que sucede alrededor te unes y disfrutas mucho más. Yo estoy muy feliz. Después de seis semanas sufriendo, todo ha salido perfecto al marcar el 1-2 en el último minuto. Hay que disfrutarlo».
El consejero Luis Ansoalde destacaba que «he visto al equipo empeñado en ganar. Al salir del descanso decían que tenían que ganar y es lo que ha ocurrido. Este grupo está muy unido, todos disfrutan cuando las cosas van bien y están juntos cuando van mal».
GARA