Corría el minuto 32 cuando tras una extrañísima jugada el colegiado Rubinos Pérez mandaba a Nunes a la caseta por mencionar «¡a la puta que te parió!» de su asistente. El luso acabó en la ducha y dejaba el partido, cuando todavía faltaban 60 minutos de partido, donde quería el Athletic. Sin embargo, los vizcainos tan sólo pudieron ofrecer un enorme ejercicio de impotencia ante un Mallorca que no sólo se defendió como gato panza arriba, sino que tuvo más y mejores ocasiones que los leones.

Así las cosas, los rojiblancos pueden darse por satisfechos, pudo ser mucho peor, si no es por un rapidísimo Ustaritz que frustró un gol cantado de Basinas en el descuento. El griego se aprovechó de una sensacional cabalgada de «El galgo» Jonás para encontrarse con toda la portería a su favor y un Aranzubia prácticamente batido, afortunadamente el defensa de Matiena-que actuó 20 minutos de central tras retirarse Ocio con problemas físicos- se cruzó de manera providencial para evitar una la derrota cuando el choque llegaba a su fin.

Tras ver dicha acción, habrá que contentarse con el punto logrado por los de Caparrós. En definitiva, es un paso más en el camino hacia lograr los 40 puntos cuanto antes. Lo que pasa es que tras ver el encuentro de ayer en el Ono Estadi, queda la sensación de que el Athletic se podría haber llevado los tres en caso de haber mostrado mayor mordiente y decisión en los momentos clave del encuentro. Claro, que tras palpar lo contrario, habrá que conformarse con el empate una vez que la impotencia evitó dar un paso adelante.

El partido arrancó entretenido y con intensidad. Los rojiblancos salieron enchufados al partido y Joseba Etxeberria se encontró con un buen balón en el área balear, pero Navarro estuvo providencial. David López también tuvo su ocasión en un potente lanzamiento de falta que repelió bien Lux.

El inicio del Athletic invitaba al optimismo, hasta que los de Goyo Manzano tomaron las riendas del encuentro. Era de esperar, ya que el Mallorca se ha convertido en uno de los equipos que más cómodo viven en la zona media alta de la tabla.

Así, comenzó el sufrimiento vasco. Ibagaza se movía por donde quería y creaba muchos problemas a todo el entramado defensivo rojiblanco. El gran susto llegó tras un cabezazo de Varela que afortunadamente escupió el poste de Dani Aranzubia. Fue la mejor ocasión bermellona, pero no la única. El agobio en las inmediaciones del área bilbaina fue evidente hasta llegar a la media hora de juego.

Fue entonces, cuando tras protestar una falta que le había realizado Llorente, Nunes vio la roja. El Athletic pasaba a tener el viento a favor y la inercia le debía de llevar al botín de los tres puntos en la isla. Pero, en los minutos que restaban para el descanso los rojiblancos no lograron encontrar el camino hacia la portería de Germán Lux.

En la reanudación Caparrós apostó por introducir a Del Horno en busca de mayor proyección ofensiva por la banda izquierda, pero ésta no existió. De hecho, los primeros minutos fueron para un Mallorca que reclamó, con razón, un penalti de Amorebieta a Güiza y puso en serios aprietos a Aranzubia.

Pasaba el tiempo y a Manzano pareció entrarle vértigo a quedarse sin nada. Así, decidió cambiar al punta andaluz por Basinas-un jugador de contención- con la intención de controlar el partido. Como consecuencia de ello, el ritmo fue decayendo y las tablas se postulaban como el desenlace lógico de un choque con el Mallorca en inferioridad y en el que el los rojiblancos habían sufrido más de la cuenta.

Ocasión a favor y enorme susto

Un guión que pudo alterarse de manera significativa en los últimos diez minutos del choque, en los que Manzano buscó la inspiración de Arango en pro de la victoria. Sin embargo, a punto estuvo de atragantarse en una jugada a balón parado. Ahí tuvo el Athletic su mejor ocasión. Joseba Etxeberria se encontró un balón en el área pequeña pero Lux estuvo atento para salvar un gol que le hubiera dado tres puntos de oro a los de Caparrós.

En esa tesitura, cualquier detalle podría desnivelar la igualada. El reloj no dejaba el mínimo espacio al error. Así, los rojiblancos estuvieron a punto de volver de vacío. Tan sólo el acierto de Ustaritz evitó el desastre. Más, tras una larga jugada repleta de falta de concentración y contundencia de la que de valió Jonás. El argentino dio el pase de la muerte a Basinas, los hinchas rojiblancos contuvieron la respiración, pero, finalmente, el vizcaino evitó una deprimente derrota contra diez.