El espacio Schengen se extiende al este tras la ampliación de 2004
Los nueve países que entraron en la UE en 2004 forman parte, desde medianoche, del espacio Schengen. En el contexto de los fastos organizados para la ocasión se ha llegado a comparar esta medida con el desmantelamiento del Telón de Acero. Se repiten las erróneas lecturas de entonces. Sin olvidar el incremento de fronteras hacia otros países no miembros de la UE, Schengen sigue siendo un espacio policial.
GARA |
Austria y Eslovaquia dieron ayer inicio a los fastos previstos por la ampliación de 15 a 24 países miembros de la Unión Europea del espacio Schengen, bautizado con un eufemismo no exento de ironía como espacio europeo de libre circulación.
Desde la pasada medianoche, los países del este europeo que entraron en la Unión en 2004 han abolido, siquiera oficialmente, sus fronteras con sus vecinos del oeste. 400 millones de europeos están desde hoy integrados en el espacio Schengen.
Simbólicamente, el primer ministro eslovaco, Robert Fico, y el canciller austríaco, Albert Gusenbauer, aserraron una barrera aduanera en el puesto fronterizo de Berg-Petrzalka antes de brindar con champagne bajo una gran bandera de la Unión Europea con el slogan «Navidades sin Fronteras».
«Desde esta medianoche (por ayer), todos podréis viajar 4.000 kilómetros desde Tallín, Estonia, hasta Lisboa en Portugal, sin ningún control fronterizo», saludó entusiasta Fico.
«Se trata de un suceso histórico tras las destrucciones provocadas por las dos guerras munciales y por la división del continente por el Telón de Acero», coincidió Gusenbauer.
Ninguno de ambos hizo mención alguna a las protestas generadas por el incremento de las medidas de control en la frontera de estos nuevos países con estados no miembros de la Unión, caso de Ucrania y Croacia, por poner sólo dos ejemplos.
El levantamiento de los controles aduaneros será celebrado fastuosamente durante tres días por los dirigentes de los ocho antiguos países comunistas que acceden al espacio Schengen junto a la isla mediterránea de Malta. Una caravana de dignatarios comunitarios hará una gira por las fronteras «abolidas» y la última ceremonia oficial tendrá lugar el sábado en la frontera entre Eslovenia e Italia.
La desaparición de la frontera entre República Checa y Eslovaquia, que se separaron amigablemente en 1993, vendrá marcada por una fiesta especial, al igual que la que separa a Austria y Hungría a la altura de St. Margareten-Fertörakos, en el primer lugar donde el Telón de Acero fue desmantelado el 27 de junio de 1999.
Aumento del control
La entrada de estos países en el espacio Schengen ha supuesto la puesta en común del fichero informático SIS con datos de «criminales«, la creación de patrullas conjuntas entre países vecinos y el blindaje de los 9.000 nuevos kilómetros de frontera contra traficantes e inmigrantes sin papeles.
A modo de ejemplo, Eslovaquia, considerada el eslabón débil de la frontera oriental de la UE, se ha convertido en un gran escaparate de lo último en equipamientos anti-inmigración.
El incremento paralelo de los controles fronterizos con países no miembros de la UE como Ucrania y Croacia ha generado protestas entre los usuarios y el conjunto de damnificados.
Eslovaquia, considerado el eslabón más débil de la nueva frontera oriental de la UE, se ha convertido estos meses en un gran escaparate con lo último en equipamiento contra la inmigración.
El ministro de Exteriores de Eslovenia, Dimitrij Rupel, saludó por anticipado el proyecto del Gobierno francés de dejar sin efecto la disposición constitucional que obliga a convocar un referéndum para validar toda nueva adhesión de un país a la Unión Europea.
La decisión no ha sido tomada oficialmente aún, pero figura en un ante-proyecto de ley sobre la reforma de las instituciones de la V República.
Fue el ex presidente Jaques Chirac quien introdujo esta figura en 2005 en un intento de conjurar los recelos de la opinión pública del Estado francés al proyecto constitucional de la UE. Le sirvió de poco, toda vez que el «no» ganó meses después en referéndum.
En su nueva redacción, el presidente de la República podría someter la adhesión a referéndum o a una sesión especial del Parlamento, en la que sería necesaria una mayoría de tres quintos.
El Gobierno de Nicolas Sarkozy justifica este cambio aduciendo que las próximas adhesiones procederán de los Balcanes, donde «la vocación europea está fuera de toda duda». Los sectores más jacobinos consideran que el objetivo final es impedir un referéndum sobre una eventual integración de Turquía en la UE.
Prevista la entrega del proyecto de reforma al Consejo de Estado antes de fin de año, el Gobierno la ha retrasado hasta enero y anuncia su primer examen parlamentario en febrero. La razón de este retraso residiría en la edulcoración del proyecto en un intento de lograr un consenso con la oposición. Pese a ello, el Ejecutivo ya ha anunciado que no incluirá la introducción de un sistema electoral proporcional.
