El sindicato UAGA estimó ayer que la reforma de la OCM (Organización Común de Mercado) del vino aprobada el miércoles por la Unión Europea «sólo servirá para prolongar la agonía de los viticultores profesionales».

UAGA estimó que aunque mejora levemente la propuesta inicial de la Comisión del pasado julio, la nueva OCM mantiene la liberalización de plantaciones, la transferencia de fondos a desarrollo rural, la chaptalización (añadido de azúcar al vino de forma artificial) y una importante reducción del presupuesto histórico asignado al Estado español para ayudas directas.

La aplicación de la liberalización de plantaciones, uno de los principales peligros para denominaciones como Rioja, se ha retrasado hasta 2015, y los Estados podrán posponerla hasta 2018. No obstante, UAGA cree que en el futuro impedirá cualquier tipo de control sobre las producciones y amenaza el patrimonio vitícola de miles de viticultores profesionales en nuestro país.

Opinó que «es muy grave» que no se recoja la posibilidad de que en el ámbito de las Denominaciones de Origen sean sus organismos de control quienes marquen el nivel de crecimiento de las plantaciones, como se había solicitado reiteradamente. «Esto va a repercutir gravemente en nuestro modelo de Denominación, basado en la producción de agricultores profesionales», insistió.

La reforma de la OCM aprobada prevé que, de las 400.000 hectáreas de viñedo que inicialmente estaba previsto arrancar, sólo se arrancarán 175.000, con ayudas de entre 4.800 y 5.500 euros por hectárea.