Durante la pasada asamblea hubo más de un compromisario que exigió a los jugadores que procedieran a una bajada de sus emolumentos. Es evidente que los jugadores profesionales cobran mucho dinero, ya lo sabemos, pero los del Athletic no se llevan una porción mucho mayor del presupuesto de lo que lo hacen los integrantes de las plantillas de Betis, Osasuna o Getafe, por no hablar de otras variables que existen en muchos salarios del campeonato.

Sin embargo, cabría recordar que los jugadores ya aceptaron dicha medida en 2003. Lo hicieron al albor de la medida adoptada por el Dortmund, todo un ganador de la Champions, para salvar su economía. Por tanto, poner a los jugadores en el disparadero -con una propuesta «quemada»- es un error, por mucho que sus salarios podrían ser más bajos, ya que eso está en manos de quien en verano optó por doblar o triplicar los sueldos de los fichajes.