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López: «Vuelve la acumulación nacionalista más radical»

Patxi López censuró ayer lo que considera una vuelta a la «acumulación nacionalista más radical», que achaca a la pretensión del lehendakari Ibarretxe de querer «regresar a 2001». Dejó entrever que echa de menos a Josu Jon Imaz al asegurar que su sucesor al frente del PNV, Iñigo Urkullu, ha mostrado «algunas ambigüedades que no me han gustado».

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Pese a que apenas ha transcurrido un mes desde que fuera elegido presidente del EBB, Iñigo Urkullu parece estar defraudando las expectativas del PSE. Así se desprende de las manifestaciones del secretario general de este partido, Patxi López, quien ha observado que se ha cambiado «un poco la contundencia que tenía Imaz contra ese abertzalismo radical». Añadió que «Josu Jon era un referente para muchas cosas y habrá que ver en el caso de Urkullu».

En una entrevista publicada por «El Correo Español» en su edición de ayer, López se refirió concretamente al comunicado emitido por el líder jeltzale tras el atentado contra los Juzgados de Sestao: «Urkullu dijo que entre paz y normalización no hay prioridades, me pareció tremendo. Es una mezcla odiosa porque dice que hay que pagar un precio político. ¡Ya vale! Por lograr votos del mundo radical uno no puede jugar con las esencias democráticas de este país. Es que la primera vez que aparece Ibarretxe para condenar el asesinato de dos guardias civiles [en referencia al tiroteo de Capbreton] es a través de un comunicado en internet. Salga el primer día y póngase al frente de la condena. Y luego, otro día, si quiere criticar otras cosas, hágalo». Sentenció que ésa es la «línea de Ibarretxe».

A su juicio, la actual situación política es consecuencia de que el lehendakari «quiere regresar a 2001» y de que se ha vuelto «a la acumulación nacionalista más radical y más rancia». Y es que, según criticó, el mandatario autonómico «quiere que haya dos bloques: él en un lado y el PSE y el PP en el otro, tirándonos piedras todos los días. Pues no, el PSE no está dispuesto a ello; si él quiere tirárselas con el PP, perfecto». En esa estrategia situó «la famosa consulta», tras la cual se encuentra «construir un frente nacionalista frente a los que no lo son».

«Quiero que haya referéndum»

«Todo lo que ha hecho Ibarretxe últimamente es un despropósito», manifestó, y sobre todo le echó en cara que en lugar de ser «contundente» con el independentismo vasco practique «el `buenismo' con el abertzalismo radical para quitarle votos». Una actitud que le lleva a concluir que el lehendakari «es un irresponsable».

El dirigente del PSE declaró que es Ibarretxe el que se niega a hablar con ellos, porque «no quiere un diálogo en Euskadi; prefiere tratar directamente con el Gobierno de España». No obstante, le advirtió que «ningún presidente de España va a negociar nada que esté fuera del marco legal y del sentido común», y le invitó a seguir otra vía: «Primero tiene que haber un entendimiento en Euskadi y todo será más fácil. Yo quiero que haya un referéndum, pero para ratificar los acuerdos a los que lleguemos los vascos».

Todo ello demuestra, prosiguió, que «el lehendakari ha dado un salto triple mortal hacia el pasado, hacia ese 2001 de la confrontación».

Las manifestaciones de López fueron replicadas desde las filas jeltzales y las del PP. El portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Josu Erkoreka, le indicó que lo que existe es una «comunión nacionalista», pero española, con «el PP y el PSOE como agentes principales».

De hecho, en declaraciones a Europa Press, opinó que el partido que lidera José Luis Rodríguez Zapatero «está cabalgando a una velocidad endiablada hacia las posiciones que, durante mucho tiempo, ha compartido con el PP. Ya prácticamente entre las tesis antiterroristas y antinacionalistas del PP y las que está vendiendo el PSOE hay una diferencia mínima, casi inexistente, desde luego imperceptible para el observador político».

Por parte del PP, su secretario general en la CAV, Carmelo Barrio, consideró «una contradicción o incluso un sarcasmo» lo afirmado por López cuando éste «se ha convertido en el instrumento más útil en este momento para el nacionalismo vasco» al apoyar los Presupuestos de Lakua. Censuró la «falta de moral política» del PSE porque trata de «engañar a la sociedad vasca». «Después de su reunión con Otegi, es la expresión más radical de la historia del socialismo vasco», dijo sobre López.

«contundencia»

Las acciones de ETA, según indicó López, constituyen «una violencia que va contra toda la sociedad vasca. Cuando esto es así no caben ambigüedades, tiene que haber contundencia y claridad para combatir a ETA y a todos los que la siguen dando cobertura».

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El secretario general del PSE dijo lamentar la muerte de una persona, «en este caso la suegra de un preso de ETA», pero a continuación quiso dejar claro que «no se puede mezclar con los asesinatos de la banda». A su entender, poner sobre la mesa distintas consecuencias del conflicto «es una barbaridad».

Críticas a ETA un año después del atentado contra la T-4

El día en el que se cumplía un año desde que ETA atentara contra la T-4 del aeropuerto de Barajas, varios dirigentes políticos vascos recordaron aquella acción, se solidarizaron con los familiares de los dos ciudadanos ecuatorianos fallecidos y dirigieron sus críticas hacia la organización armada porque, a su entender, el 30 de diciembre de 2006 frustró las esperanzas de paz.

Después de aquello, de la ruptura del alto el fuego y de los atentados posteriores, Josu Erkoreka (PNV) cree «remota» la posibilidad de «retomar un fin dialogado», ya que «no se cumplen, ni de lejos, las condiciones». Unai Ziarreta manifestó que ahora se produce «una estrategia de acción-reacción» en la que situó, entre otros hechos, el tiroteo de Capbreton y las condenas del 18/98. Todo un «círculo vicioso», en palabras del nuevo presidente de EA. Javier Madrazo (EB) aprovechó la ocasión para decirle a ETA que «no va a matar las esperanzas de la sociedad vasca» y exigirle su disolución.

Desde el PP, Carmelo Barrio cargó contra la organización armada por «haber engañado a la sociedad con un falso proceso de paz» y contra el Gobierno del PSOE por «no rectificar su fracaso». GARA

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