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De nuevo a un paso del abismo

El triunfo copero del miércoles no tuvo continuidad en El Sardinero, donde el Athletic cosechó una derrota que le deja a un solo puesto por encima del descenso. Una pena, porque los rojiblancos dispusieron de ocasiones como para regresar con algo positivo.

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RACING 1

ATHLETIC 0

Amaia U. LASAGABASTER | BILBO

El Athletic volvió a darse de bruces con la dura realidad a las primeras de cambio. Sólo han hecho falta tres días y un equipo de Primera para olvidar la victoria con la que inauguraba 2008.

No es fácil saber qué es lo peor. Si la todavía más delicada situación clasificatoria en la que quedan los rojiblancos tras su enésimo tropiezo -un triunfo del Betis en el derbi sevillano les habría dejado en zona de descenso, de la que ahora sólo le separa un puesto- o la sensación de que dejaron escapar una buena opción de sumar, en un partido en el que cayeron derrotados por sus propios errores. Tanto los que posibilitaron las mejores ocasiones del rival como, sobre todo, los que impidieron al equipo materializar las oportunidades -abundantes, y algunas clarísimas- de las que dispuso en El Sardinero.

Y es que la capacidad del Racing para rentabilizar goles que ensalzaba la víspera Joaquín Caparrós fue ayer cuestión de fortuna y no consecuencia de la contundencia cántabra. Ambos equipos estuvieron más lúcidos a la hora de atacar que de defender, lo que provocó que el partido, al menos en el segundo tiempo, estuviese muy abierto. De hecho, sólo el acierto inclinó la balanza: el que acompañó a los de Marcelino para materializar su primera oportunidad clara -y con fortuna de por medio, porque el remate de Tchité acabó en la red tras tropezar en Llorente- y el que echó de menos el Athletic en ocasiones más claras aún, como la que envió Aritz Aduriz al palo o la que abrió el encuentro, cuando ni siquiera se había cumplido el primer minuto de juego.

Qué diferente habría sido el partido si Fernando Llorente, que lo hizo todo bien hasta plantarse ante Toño, hubiera acertado entre los tres palos, en lugar de enviar el balón a las nubes. Pero no lo hizo, como tampoco acertaron Garmendia y el propio Llorente en dos posteriores servicios de Yeste, con los que daban color a un primer cuarto de hora de dominio rojiblanco.

La cosa se igualó a partir de ese momento para acabar decantándose del lado local. El detonante fue, curiosamente, la lesión de su jugador más determinante. Pedro Munitis se marchaba lesionado, tras sufrir un fortísimo balonazo, y su sustituto, Tchité, se encargó de revolucionar el partido. Avisó de inmediato, con un par de acciones por ambas bandas que, primero Aranzubia y luego la zaga, cortaron ante la llegada de Smolarek. Y acabó acertando, a dos minutos del descanso, con colaboración rojiblanca de por medio: Jorge López botó una falta desde el lateral del área y el congoleño saltó sin oposición para rematar un balón que, después de tocar en Llorente, acabó convirtiéndose en el único gol del partido.

Las cosas cambiaron tras el descanso, sobre todo con la entrada de Aritz Aduriz, que metió chispa al ataque rojiblanco. Con el Athletic cada vez más lanzado en busca del empate y un Racing dispuesto a sentenciar a la contra, las ocasiones se sucedieron en una y otra área. No hubo tantos goles como el pasado año, pero sí la misma sensación de que podía pasar cualquier cosa, gracias a una clara acción de Smolarek y Tchité, que aprovecharon una horrible cesión de Koikili, un derechazo de Aduriz que se estrelló en el palo, un remate de Tchité con Aranzubia batido que se marchó fuera, o un gran centro de Aduriz al que Susaeta no llegó por poco.

El marcador, sin embargo, no volvió a moverse, lo que deja al Athletic en situación crítica: 19 puntos, sólo uno más que la pasada temporada a estas alturas, un solo puesto por encima del descenso y la complicada cuesta de enero por delante.

Joaquín Caparrós lamenta las facilidades concedidas al rival por sus jugadores

Con cara de pocos amigos y, sobre todo muy rápida. Así fue la minirueda de prensa ofrecida ayer en El Sardinero por Joaquín Caparrós, consciente de que la derrota dejaba a su equipo a puertas del descenso, a expensas de lo que hiciera el Betis dos horas más tarde.

El técnico rojiblanco lamentó un tropiezo que, en su opinión, se debió sobre todo a las facilidades dadas por el Athletic a su rival. Tras subrayar que su equipo dispuso de muchas oportunidades para marcar, reconoció que «las ocasiones hay que meterlas» y agregó que, sobre todo en el gol que acabó dando la victoria al Racing, el cuadro bilbaino dio unas facilidades «que no pasan ni en alevines».

Caparrós, que de todos modos reconoció que el rival se había replegado bien apretando desde arriba y que también destacó el trabajo de los suyos, admitió que cuando se pierde un partido como el de ayer, «se te queda cara de gilipollas total».

Es decir, bien diferente a la de un Marcelino para el que «partidos como el de hoy se ven mucho, y unas veces ganas y otras pierdes». En su opinión, «la clave estuvo en los primeros minutos, en los que el Athletic fue superior», pero no supo reflejarlo en el marcador, aunque también aseguró que, una vez que el Racing tomó ventaja, «las mejores ocasiones fueron nuestras, salvo el tiro al palo de Aduriz».

El protagonista de otra de las acciones más claras del encuentro -también del gol verdiblanco-, Fernando Llorente, también lamentó «la mala suerte» que tuvo el Athletic en los metros finales. «Ha sido un partido para olvidar, por lo desafortunado. Hemos hecho muchísimas ocasiones, como para haber merecido mucho más, pero hemos tenido mala suerte».

El delantero, de todos modos, quiso encender una llama de optimismo, al asegurar que si el equipo «sigue jugando como hoy, no nos va a pasar lo mismo en el resto de partidos».

GARA

Escasa presencia de aficionados rojiblancos

La política de precios del Racing se dejó notar en las gradas del Sardinero, donde la presencia de seguidores rojiblancos fue considerablemente menor a la habitual. Pese al acuerdo alcanzado entre directivas, las camisetas rojiblancas apenas superaron el centenar.

García Macua bajó al vestuario tras el encuentro

Queda por saber si fue para animar o para dar un toque de atención, pero lo cierto es que Fernando García Macua bajó ayer al vestuario del Athletic tras la conclusión del choque.

Vuelta al trabajo con el choque copero en mente

Dicen que lo mejor tras una derrota es volver a competir de inmediato. Si es cierto, mejor para los rojiblancos, que entrenan hoy en Lezama, donde empezarán a preparar el encuentro copero que les enfrentará el miércoles al Espanyol.

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