Sigue sin conocer la victoria en el presente año
Goitom prolonga el Maleficio 2008
Hubo reacción, pero sólo en lo que a actitud y juego se refiere, que no es poco, pero sí insuficiente cuando las premuras de la tabla son tantas. Los de Ziganda volvieron a estar desacertados en los metros finales y el rival finiquitó el choque en una jugada individual
MURCIA 2
OSASUNA 0
Natxo MATXIN | IRUÑEA
Decididamente Osasuna parece haber entrado en el nuevo año con el paso cambiado. Tras la eliminación copera del miércoles, ayer los rojillos volvieron a hincar la rodilla en la Nueva Condomina, lo que les coloca nuevamente en el disparadero de la clasificación.
Por quedarse con lo bueno, al menos los teóricos titulares dieron una imagen diametralmente opuesta a la ofrecida en Mallorca, pero la escuadra navarra sigue adoleciendo de esa falta de pegada que, sólo en contadas ocasiones, consiguen sacar a relucir. Los de Ziganda lo hicieron bastante bien en tres cuartas partes del campo, pero volvieron a mostrarse torpes en los metros que, a la postre, permiten sumar puntos.
Y además echaron por la borda toda la concentración defensiva que habían mantenido durante más de 70 minutos para permitir que un hasta entonces desapercibido Goitom justificara el por qué de su fichaje pimentonero tras una magnífica campaña la temporada pasada en la División de Plata.
Lo cierto es que no se puede hablar de mala suerte cuando a un jugador se le permite marcharse desde medio campo y plantarse con espacio para disparar, pero sería injusto no reconocer que Osasuna había hecho hasta esa infausta jugada mayores méritos que el Murcia para colocarse por delante en el electrónico.
De hecho, el descanso no sentó nada bien a los locales, que perdieron su sitio en el campo, lo que fue aprovechado por los rojillos para materializar un mayor dominio y generar sus mejores oportunidades entre los minutos 50 y 59. Si Vela hubiera superado a Notario en su galopada y posterior tiro en el 55 seguramente estaríamos hablando de un resultado bien diferente.
Pero, pese a tener noqueado a su rival, Osasuna volvió a ejercer de hermanita de la caridad. Y en el fútbol profesional la beneficiencia se recibe con los brazos abiertos por parte del que durante noventa minutos es tu enemigo quien, si puede, te la devolverá con una puñalada en forma de gol, como así hizo el conjunto murciano.
Además, queda ya muy lejana aquella capacidad de reacción que demostraron los navarros ante Villarreal y Valladolid cuando el marcador no era favorable. La sobredosis de imprecisión y precipitación certificó que, fuera de casa, este equipo encaja muy mal que se le pongan por delante, y que no tiene soluciones ante dicha adversidad.
Atractivo pese a todo
Pese a la derrota, el choque fue atractivo para el espectador. Dos conjuntos volcados en la búsqueda de la portería contraria y con el arma de la presión como vía para conseguirlo. Tanto Osasuna como Murcia apretaron lo más arriba que pudieron y que sus pulmones les permitieron para intentar sacar tajada del menor fallo del oponente.
El dominio se distribuía equitativamente por fases durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Las dos medulares, abiertamente pobladas, trataban de hacerse con el esférico y cuidarlo, pero la velocidad que se imprimía al juego impedía que hubiera una insultante autoridad por parte de uno u otro equipo.
La posesión del balón era muy equilibrada, tanto como las ocasiones que se iban sumando por uno y otro bando. Las coincidencias entre ambos conjuntos incluso se ceñían en las preferencias a la hora de buscar el camino de la portería rival: navarros y murcianos optaban por el carril izquierdo para atacar tan elogioso objetivo.
Lo más normal es que en el primer periodo se hubiera conseguido más de un gol y lo más justo hubiera sido que se hubiera marcado por partida doble, una diana por cada lado, si este deporte al que lo encumbran a lo más alto tuviera un ápice de justicia.
Sin embargo, los tantos llegaron cuando el fútbol dejó paso a un mayor grado de especulación, cuando el cansancio comenzó a hacerse sentir en las piernas, y quien estuvo más listo para aprovecharse de ese impasse se llevó el gato al agua de tres puntos muy, pero que muy importantes. Está claro que será necesario algo más de acierto en próximos compromisos, pero la línea marcada es la que hay que seguir, contra viento y marea.
Pese a cosechar las segunda derrota consecutiva del presente año, la imagen ofrecida ahora sí por los titulares le hace creer a José Angel Ziganda que van a llegar tiempos mejores para la escuadra navarra. «Es verdad que si sólo se piensa en los puntos no hay mucho margen para alegrarse, pero si tenemos en cuenta la actitud y juego, es como para sentirse optimista», indicó.
«Podemos estar contentos por el futuro porque este equipo juega al fútbol, nos hemos encontrado más cómodos que ellos, aunque es cierto que al final lo que cuenta es el gol -agregó-. Hay que convivir con estas situaciones, ya que la semana ha venido mal dada y ahora queda sobreponerse».
Quizás esto sea lo más complicado para los próximos días, tratar de recomponer mental y moralmente a un conjunto marcado por la «inexperiencia y juventud», factores que, a juicio de su técnico, «están influyendo mucho en algunos malos resultados que hemos tenido».
«Los jugadores son los primeros que quieren meter gol y han estado muy bien en cuanto a juego, actitud y llegadas, pero... Ellos, en cambio, con muy poquito han sacado un golazo que ha encarrilado el partido hacia sus intereses», insistió.
En cualquier caso, Ziganda no dejó pasar la ocasión para volver a dar un toque de atención a los suyos en la forma de encajar goles. La jugada de Goitom «es evitable y tenemos que aprender a contrarrestarla», señaló.
El de Larraintzar, quien reiteró que el equipo «ha estado muy centrado pues sabía lo que nos jugábamos», sí que reconoció que. a raíz del 1-0, los suyos se habían manejado por los derroteros de la ansiedad, «faltándonos precisión en algunas acciones».
GARA
Erreniega se impuso a Sanduzelai (4-2) en la final del Torneo Interescolar organizado por Osasuna, mientras que Virgen Blanca alcanzó la tercera posición tras imponerse en el partido de consolación a Mendialdea (3-2). Con 19 dianas, el máximo goleador del campeonato fue Jon Losa, del Colegio Virgen de la Cerca de Andosilla.