Andrés Sorel publica «La caverna del comunismo», novela basada en su experiencia en el PCE
La última novela de Andrés Sorel, «La caverna del comunismo», combina la ficción con apuntes autobiográficos, puesto que se basa en sus años de militancia en el PCE.
GARA | GASTEIZ
La nueva novela de Andrés Sorel se abre con una cita de Karl Krauss sobre el comunismo como «medio funesto en busca de una meta ideal y más pura». Y es que Sorel, que fue expulsado del PCE en 1973 por sus discrepancias con Santiago Carrillo, busca con su último trabajo «regenerar la utopía en la idea de Antonio Gramsci de que la verdad es revolucionaria y la mentira reaccionaria».
Andrés Sorel afirma haber escrito «La caverna del comunismo» «con harto sufrimiento, por lo difícil del empeño de trasmitir a la sociedad mi postura». Reconoce que corre el riesgo de quedarse «solo».
Renegar del pasado
La obra es un viaje a las entrañas del nacimiento, auge y caída del comunismo, en la que los personajes se llaman Sanyo (Carrillo) o Condo (Rice). También aparecen en la novela Nicolás Bujarin -creador de la nueva política económica de Lenin- y su mujer, asesinada por Stalin.
En palabras del autor, «el comunismo, tal como se instauró y como lo siguen entendiendo los partidos comunistas, en el poder o en la clandestinidad, es perverso, pero debemos seguir luchando, pues algunos creemos que desde dentro del marxismo podemos aspirar a una sociedad distinta».
En este sentido, el escritor confiesa haberse «quemado las manos y el corazón» para escribir «La caverna del comunismo».
Sorel, que apuesta por la validez de la ideología marxista, subraya que, «en la sociedad de corrupción que vivimos, molestan los pensadores que no aceptan jugar el papel de meros instrumentos al servicio de los poderes instituidos». Y por esa razón, y en referencia al título de su novela, opina que «la caverna es un buen refugio de ambiciones para que confluyan los fascismos de toda índole -se llamen comunismos o capitalismos-, un buen refugio para quienes se enriquecen a costa de embrutecer y aniquilar a seres humanos».
El autor se muestra dispuesto a aceptar que quizá él sea un «loco» y quienes fueron sus compañeros de partido, en cambio, sean «lúcidos». Sin embargo, en referecia, por ejemplo, a China, afirma que «los que fueron comunistas son ahora los más reaccionarios del planeta», y concluye que ellos son «los más perversos en una sociedad donde ha quedado instaurada la mentira».
A través de su novela, el escritor quiere reivindicar también a autores como Kafka, Hermann Broch o Saramago.
Los protagonistas de la novela adoptan nombres ficticios, a pesar de que en ellos son claramente reconocibles personas reales, como Santiago Carrillo