Maite SOROA
La última ocurrencia de Ezkerra
Hacía ya algún tiempo que el inefable Iñaki Ezkerra no nos sorprendía con alguna de sus estrambóticas columnas. Ayer, sin embargo, se lució en «La Razón», donde desgranaba una curiosa teoría sobre la entente cordial entre ETA, Zapatero e Ibarretxe. No se pierdan la perla.
Decía Ezkerra que ETA miente en la entrevista publicada en GARA: «En estos días en los que habla para la galería -la galería somos nosotros- está mintiéndonos más que nunca. El primer indicio de su impostura nos lo da la exageración, la extraordinaria y sobreactuada manera en que carga las tintas contra el propio Gobierno vasco. Un poco de contención quizás habría hecho algo más verosímil su `crítica', ya que no lo hizo ese histriónico `asco' que dice profesar al Lendakari que pactó con ETA en Estella, que comparte con ETA esos mismos fines que al ser profunda e ideológicamente antidemocráticos se confunden con los propios medios; que ayuda a ETA siempre que puede y que emula a ETA en sus desafíos al Estado de Derecho. ¿Muerde ETA de verdad la mano que le da de comer o ayuda más bien a esa mano a esconderse después de haber tirado la piedra secesionista y aldeana?». O sea que están conchabados con Ibarretxe. Eso es nuevo.
Y, peor aún, también con ZP: «La otra mentira se deduce de la primera. ¿Por qué iba a ser real la furia que muestra hacia Zapatero si es claramente falsa la que muestra hacia Ibarretxe? ¿No les estará ayudando a uno a que continúe una negociación que no es presentable tras los asesinatos del 1 de diciembre y que, sin duda, le ha desgastado políticamente así como a otro a que prosiga su estrategia de desgaste al Estado como si ésta no beneficiara a la banda?».
Para mí que este tío ha enfermado. Lean si no lo que viene ahora: «No es la primera vez que ETA ayuda con un comunicado al PSOE y al PNV. Como no es la primera vez que ataca al mobiliario de los batzokis. Lizarra se caracterizó por esa clase de ayuda que ahora ETA hace extensible a este Gobierno». Definitivamente el hombre ha perdido el oremus.