El Gobierno japonés hizo uso de una triquiñuela constitucional para poder satisfacer a su valedor estadounidense y prorrogar por un año la misión de avituallamiento de los barcos y aviones de los ejércitos extranjeros en Afganistán.

El primer ministro, Yasuo Fukuda, recurrió a un medio jamás utilizado desde que Japón recuperó nominalmente su soberanía en 1952 tras la ocupación estadounidense: el voto con la mayoría de dos tercios de la Cámara de Diputados.

El Ejecutivo del PLD (derecha) sortea así la oposición del Senado, donde el PDJ tiene mayoría tras los últimos comicios. Esta formación denunció la violación de la Constitución pacifista nipona. Falta saber el impacto en la ya baja popularidad de Fukuda.