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«La especie humana debe de necesitar monstruos, porque nunca los ha abandonado»

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Eduardo Angulo

BIólogo y autor de «monstruos»

Eduardo Angulo, profesor de Biología en la UPV, acaba de publicar «Monstruos» (451 Editores), un libro a través del cual se ha propuesto ofrecer una visión científica sobre la criptozoología, la disciplina que estudia los animales ocultos. Por las páginas de «Monstruos» desfilan «con rigor y con humor» seres como el monstruo del Lago Ness, el Yeti o el Kraken.

Martin ANSO | BILBO

Criptozoología -término acuñado en los años cincuenta por el naturalista belga Bernad Heuvelmans- quiere decir, etimológicamente, estudio de los animales ocultos. Quienes se de- dican a esta disciplina, los criptozoólgos, tratan de demostrar -sin llegar nunca a conseguirlo- la existencia física de seres de origen mitológico o citados en leyendas populares.

¿Qué va a encontrar el lector en las páginas de «Monstruos»?

Va a encontrarse con Nessie y su familia, con el clan del Yeti, con el Kraken y, en definitiva, con unos cuantos montruos sobre cuya existencia suelen presentarse «pruebas» que, cuando no son directamente un fraude, son más reflejo de lo que los criptozoólogos quieren ver en ellas que de lo que realmente demuestran. En general, espero que el lector encuentre un libro riguroso, pero, a la vez, divertido. Al menos, ése ha sido mi objetivo al escribirlo.

¿Por qué alguien que, como usted, desde la primera línea del libro se reivindica como científico presta tanta atención a la criptozoología?

Porque pienso que en la sociedad en la que vivimos, en la que los ciudadanos tienen que tomar muchas decisiones basadas en la ciencia y la tecnología, hay demasiadas peudociencias, como la criptozoología, que influyen negativamente en esa toma de decisiones. Creo que no existe el debido acercamiento entre ciencia y sociedad, y, como científico, admito mi parte de responsabilidad, porque reconozco que muchas veces no sabemos explicarnos adecuadamente y no conseguimos que la gente nos entienda.

Propiciar ese acercamiento es el objetivo de «Monstruos» y también el del Círculo Escéptico, en el que usted participa.

Sí, es una asociación que, a través de charlas y conferencias, trata de divulgar el pensamiento científico y alertar contra las pseudociencias, porque es muy importante que la gente conozca de verdad los temas sobre los que tiene que decidir y evite hacerlo basándose en leyendas urbanas, mitos o rumores.

Sin embargo, uno de los capítulos del libro está introducido por la siguiente frase de Lenin: «Es absurdo negar el papel de la fantasía en la ciencia más rigurosa». ¿Cómo cabe entender esta idea correctamente desde un punto de vista científico?

A pesar de que hoy en día la ciencia está muy burocratizada, detrás de su práctica hay siempre algo que se puede denominar el sentido de la maravilla. Estamos buscando algo desconocido, algo que creemos que existe, y para ello nos servimos de hipótesis y experimentos en cuya formulación juega un papel importante la fantasía.

Usted mismo se ha servido en más de una ocasión de la ciencia ficción.

Efectivamente, impartí Ciencia Ficción y Biología en un curso de doctorado. La ciencia ficción tiene fama de predecir el futuro, pero, en realidad, lo que hace es presentar un hipotético futuro basándose en los conocimientos científicos existentes en cada momento. Ese género es un buen ejemplo del papel que puede jugar la imaginación, planteando hipótesis científicas y suscitando el debate en torno a ellas.

Los monstruos pueden producirnos rechazo o atraernos, incluso ambas cosas a la vez o alternativamente, pero siempre están ahí. ¿Los necesitamos?

La especie humana debe necesitarlos, porque nunca los ha abandonado. Como dicen los sherpas del Nepal, «los tenemos en el fondo del alma y sólo los piadosos los pueden dominar». ¿Por qué los necesitamos? Existen algunas explicaciones, pero reconozco que, como biólogo que soy, no es mi tema, y compete más a historiadores, sociólogos, antropólogos o psicólogos. En todo caso, desde un punto de vista científico, la labor más interesante que hacen los criptozoólogos es toda esa recopilación de leyendas y tradiciones populares, pero no porque con ella demuestren la existencia física de monstruo al- guno, sino porque evidencian que en diferentes lugares del mundo aparecen creencias muy similares, como si la humanidad contara con una especie de inconsciente colectivo. ¿Por qué, por ejemplo, existen tantos hombres salvajes y peludos por el mundo?

Como Basajaun...

Eso es. La diferencia entre Basajaun y el Yeti o el Bigfoot es que aceptamos que el primero es un ser mítico y tratamos de entender su significado, mientras que el Yeti y el Bigfoot siguen siendo perseguidos por los criptozoólogos, que pretenden capturarlos y clasificarlos.

Por lo visto, cada sociedad y cada época tienen sus monstruos, pero parece que hay algunos, como Nessie, que demuestran una gran longevidad. Quizá se deba a que está incluso protegido por la ley...

Cambia la interpretación, porque las referencias culturales cambian, pero el monstruo se suele mantener. En estos momentos hay en el mundo más de doscientos lagos supuestamente habitados por monstruos que, se dice, son dinosaurios. Pero hasta el siglo XIX no eran dinosaurios, lógicamente, sino caballos que cabalgaban sobre el agua o vírgenes. En cuanto a la protección legal, Nessie está protegido, efectivamente, pero eso tiene mucho más que ver con este mundo en que vivimos, con cuestiones como la publicidad y el turismo.

 
BAsajaun y yeti

«La diferencia entre Basajaun y el Yeti es que aceptamos que el primero es un ser mítico, mientras que el segundo sigue siendo perseguido para capturarlo y clasificarlo»

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