GARA > Idatzia > Saskibaloia

basquet country

El scouting baskonista y Katsikaris

Imanol AMIANO

Entre los atractivos del Pamesa-Tau del sábado -lo de ser cabeza de serie en la Copa no está mal, pero lo que es a mí me importaba más bien poco- era ver de qué es capaz Stanko Barac. Y el croata confirmó todo lo bueno que se dice de él. Una vez más, el scouting baskonista ha acertado de pleno.

Con la clara idea de cederlo, la insistencia de Fotsis Katsikaris por tenerle en el Pamesa está dando sus réditos. Y eso que Valencia no parecía el mejor destino -con Rebraca, Milojevic, Garcés, Miralles e incluso Claver en la pintura-, porque, en el mejor de los casos, se reforzaba un rival más o menos directo, aunque me da que al final los taronja no van a serlo. Barac aprovechó la confianza de un técnico que parece saber qué se hace, para hacerse poco menos que impepinable.

Y es que este dos-diecisiete es algo más que un armario -que lo es y, si no, que se lo pregunten a Splitter, al que el sábado amargó y al que sustituirá el año que viene-. Es evidente que nunca va a tener el juego de pies del brasileño, pero a su estupenda coordinación hay que añadir una más que apreciable mano desde media distancia, e incluso hizo sus pinitos posteando. Falló, forzado, el tiro decisivo, pero es que ni el asistente Shamond Williams pensaba dársela. Buen pasador y, sobre todo, inteligente. Un espécimen que no abunda. El sábado, el baskonismo respiró más tranquilo, por doble motivo.

P.D.: En el «Basquet Country» de la pasada semana, un lapsus memoriae hizo que Mike D'Antoni figurara como un lanzador de peregrino estilo cuando en realidad ése era otro Mike, Sylvester, también con greñas y bigote, y compañero en el Billy Milán antes de que se marchara al Scavolini de Magnifico o Zampollini. Un error que no volverá a ocurrir. Al menos con D'Antoni y Sylvester.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo