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Presupuestos UPN-PSN: una agresión en toda regla

Impulsar respuestas sociales de rechazo a estos presupuestos es una tarea absolutamente ineludible El incremento de altos y medianos cargos ha supuesto un costo superior a los 3,5 millones. La partida de «renta básica» es de 5,8 millones y la implantación del ciclo 0-3 años costaría 6,7 millones

Mientras los medios de comunicación nos anunciaban la subida de todo tipo de servicios (electricidad, gas, teléfono..); mientras nos dicen que los intereses hipotecarios seguirán subiendo hasta llegar a doblar las cifras de hace cinco años; mientras vemos el alza incesante del precio de los productos básicos (especialmente de los alimentos); mientras la inflación y el paro crecen peligrosamente... los presupuestos de Navarra para 2008 siguen apostando por profundizar en una vía neoliberal, favorecedora de las grandes empresas y fortunas, desarrollista y depredadora y ajena a la cruda realidad vivida por la mayor parte de la población navarra. En este artículo queremos subrayar algunos de los aspectos más llamativos de esos presupuestos.

La construcción del Tren de Alta Velocidad que unirá Iruñea-Zaragoza (más adelante vendrán los gastos de la unión con la «Y vasca»), va a costar a Navarra 560 millones de euros (93.500 millones de pesetas), condicionando en gran medida los presupuestos futuros. Dicen que servirá para asentar el progreso y el desarrollo, pero, ¿acaso no habría más progreso -del que favorece a la mayoría de la población- si ese dinero se destinara a mejorar el sistema sanitario y educativo, a recuperar los servicios sociales privatizados, a gravar y expropiar los pisos vacíos para ofertarlos en alquileres, a ampliar la cobertura de la «renta básica», a poner medios para poner en práctica la Ley contra la Violencia de género, a revitalizar económica y socialmente comarcas como la de Pirineos, etcétera? ¿Qué decir de los casi 600 millones de euros que Navarra pagará a Madrid a través del Convenio Económico, que servirán para alimentar a la familia real, mantener a la Policía y a la Guardia Civil y costear guerras en Afganistán y tropas en el Líbano?

Los presupuestos de UPN-PSN disminuyen de nuevo el Impuesto de Sociedades -del 32,5% al 30%- que grava los beneficios empresariales. Continúa así la tendencia iniciada hace diez años, que ha supuesto el regalo a los capitalistas de más de 100 millones de euros y que este año supone dejar de ingresar 16,5 millones más, cantidad ésta con la que podrían atenderse muchas necesidades sociales. Citemos tan sólo dos ejemplos. El primero se refiere a lo presupuestado para las «Familias sin medios de subsistencia», la llamada «renta básica», cuyo importe asciende este año a 5,8 millones de euros. El segundo, a la implantación del ciclo 0-3 años de forma gratuita para todos los niños y niñas navarras, cuyo coste sería de 6,7 millones. Es decir, si el dinero que se va a regalar a los empresarios se destinara a lo anterior, se podría duplicar prácticamente el número de beneficiarios de la «renta básica» y cubrir además la escolarización 0-3 años de toda la población infantil navarra. Por lo tanto, ¿a qué intereses responden estos presupuestos?

La tragicomedia protagonizada durante cuatro meses en torno al flamante Instituto Navarro del Vascuence ha tenido también su reflejo en los presupuestos. Dice el Gobierno que las partidas destinadas al fomento del euskera tendrán un incremento del 37%, pero esta imagen positiva queda muy disminuida si tenemos en cuenta que en los últimos seis años, mientras Pegenaute estuvo al frente de Política Lingüística, el descenso en los Presupuestos había sido de un 47%. Es decir, los presupuestos actuales están bastante más bajos que los de hace seis años y a años luz de atender las necesidades planteadas por Kontseilua (85 millones), pues el Instituto tendrá un presupuesto total de 4 millones de euros, de los cuales la mitad estará destinada a gastos de personal y gastos corrientes. Conclusión: mucho Instituto y mucho Gerente nuevo, pero muy poca carne en el asador.

Mientras todo esto sucede, el Gobierno de UPN prosigue con su política de privatización de los servicios públicos (el Departamento de Bienestar Social es el que cuenta con unos niveles de externalización y privatización de servicios más alto) y privatización de responsabilidades sociales que debieran ser atendidas por la Administración. Así, mientras la enseñanza pública sufre carencias de todo tipo, la privada -religiosa- goza cada vez de mejor salud, algo parecido a lo que sucede con la atención sanitaria. Ambos servicios públicos están pasando en los últimos años de ocupar los primeros lugares en los rankings respectivos, a situarse en su furgón de cola. Por ejemplo, el número de camas/habitante en la UE es de 6,1; en la CAV, de 3,9 y en Nafarroa de 2,4. Y por desmantelarse, se desmantela hasta la propia Hacienda de Navarra, donde las empresas privadas campan a sus anchas manejando toda la información relativa a nuestros datos y cada vez es más fácil ser atendido por personal de estas empresas o de ETTs que por funcionarios del Departamento.

Parejo a ello, el Gobierno sigue convirtiendo la Administración en una camarilla de amiguetes. Tras la toma de posesión se ha incrementado en más de 60 el número de altos y medianos cargos, lo cual ha supuesto un costo superior a los 3,5 millones de euros. Es necesario recordar de nuevo que la partida de «renta básica» para 2008 es de 5,8 millones de euros y que la implantación del ciclo 0-3 años costaría 6,7 millones.

Evidentemente, el nivel de denuncia ante tanto despropósito está quedando muy por debajo del que sería necesario. El tamaño de la agresión social y el escarnio y chulería que supone lo expuesto exige algo más que enmiendas y notas de prensa. Impulsar respuestas sociales de rechazo a estos presupuestos es una tarea absolutamente ineludible.

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