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«Miro al futuro con optimismo porque tengo fe en la tecnología»

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P.R. Gómez

Autor de la novela «los guardianes del pasado»

P.R. Gómez es el seudónimo de Francisco Ruiz Gómez (Madrid, 1960), un ingeniero aeronáutico instalado en Estados Unidos desde hace más de dos décadas. Recién licenciado, aterrizó en Pittburgh,donde se desarrolla su primera novela juvenil, «Los Guardianes del Pasado», de ciencia ficción.

Izaskun LABEAGA | BILBO

La gira de promoción de ``Los Guardianes del Pasado'' (Destino) ha traído a Bilbo a P.R. Gómez. Es su primera visita a la ciudad, un lugar que le recuerda a Pittsburgh, la puerta por la que entró a EEUU y en la que ha situado la máquina del tiempo con la que los personajes de su novela viajan a otras épocas. Su deseo sería que esta obra pudiera dar inicio a una saga dirigida al lector más joven.

Le gustaría acercar a sus lectores a la ciencia. ¿Tiene su novela un objetivo pedagógico?

Sí, aunque es un objetivo secundario. Principalmente, lo que me he propuesto con este libro es que los chavales se lo pasen bien y luego, si pueden aprender algo sobre las leyes de la termodinámica, las máquinas del tiempo.... mejor que mejor.

Trabaja en un departamento de ingeniería aeroespacial. ¿Qué le llevó a compaginar su profesión con la literatura?

La crisis de los 40 fue para mí fortísima. Yo siempre había querido escribir pero no había tenido oportunidad. Un verano decidí ponerme y entré en una especie de trance.

Después de varios textos para adultos, prueba con un libro juvenil. ¿Por qué?

Supone para mí un reto porque escribir para niños es más difícil que hacerlo para adultos. El público juvenil es muy directo y, si no le gusta lo que lee, lo deja; no sigue hasta el capítulo tercero para comprobar si mejora. Además, me permite quitarme la careta de adulto que llevo durante el día y mostrarme un poco más como soy: un crío. Me gusta escribir de forma simple, sin barroquismos, que he visto en los periódicos que aquí se lleva muchísimo.

Los personajes principales de su relato tienen que despistar a sus padres.

Están en una edad en la que quizá empiecen a mirar a sus padres de una forma un poco más crítica. Es una edad que me resulta interesante, en la que uno empieza a despertar y a tener un criterio propio.

Ha dicho que «escribir ficción se parece mucho al proceso de inventar aparatos», una de sus grandes pasiones.

Es una misma actividad creativa. Disfruto inventando máquinas y procedimientos, igual que disfruto inventando cuentos.

Sus inventos le aportan, además, materia para sus novelas.

Sí. En estos momentos, por ejemplo, trabajamos en el laboratorio con un proyecto relacionado con los coches voladores, que aparecen en mi novela.

No sólo proyecta aparatos. ¿Qué puede decir del lenguaje artificial que ha diseñado?

Lo creé para una de mis novelas para adultos. Parece lengua latina pero no lo es; en realidad es una evolución del esperanto. Tiene su diccionario y su gramática. Yo me preguntaba: ¿qué sucedería si reuniéramos gente de países distintos en una isla desierta y tuviéramos que darles un lenguaje para que pudieran comunicarse? La solución sería contar con un lenguaje muy sencillo de aprender. El inglés, por ejemplo, es muy difícil de pronunciar y hablarlo bien.

Sem, Roxi y Max, los protagonistas de «Los Guardianes del Pasado» viajan al futuro. En su trabajo mira también al mañana. ¿Lo hace con optimismo?

Sí. Hay mucha gente que es pesimista y es porque no tienen confianza en la tecnología. Yo soy optimista porque tengo fe en la tecnología y tengo fe en la humanidad.

 

INVENTOR

«Disfruto inventando máquinas y procedimientos, igual que lo hago inventando cuentos»

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