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segunda vuelta del único derbi vasco de la temporada

La insistente niebla apenas permite vislumbrar dos chispazos rojillos

Dos fogonazos rojillos inclinaron la balanza del lado navarro en la segunda vuelta del único derbi futbolístico en la máxima categoría que habrá en la presente temporada. Osasuna consiguió desequilibrar el choque a raíz de la infantil expulsión de Yeste y, de paso, adelantar a los rojiblancos en la clasificación y salir de los puestos de descenso. Sin embargo, a la vista del juego desplegado por ambas escuadras, todo apunta a que las aficiones van a sufrir y mucho en lo que queda de campaña.

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OSASUNA 2

ATHLETIC 0

Natxo MATXIN | IRUÑEA

Con lo igualada que está la Liga, los encuentros se acaban decidiendo por pequeños detalles. Y el de ayer lo puso Yeste, pero negativo. Una acción impropia de su categoría acabó por darle alas a Osasuna quien, al igual que el Athletic, se estaba manejando hasta ese momento por las turbulentas aguas del que está sumido en las posiciones que dan un billete a la Segunda División.

Un cabezazo del de Basauri a Miguel Flaño hizo virar en redondo la dinámica del derbi. Al quedarse en superioridad numérica, los navarros comenzaron a creer en sí mismos y en la victoria, faltos como están de autoconfianza.

Claro que en esta tarea psicológica colaboró el que los de Ziganda anotaran cinco minutos después. Dady intentó su enésima falta desde la frontal del área -en anteriores partidos habían sido los palos quienes repelieron los lanzamientos-, para esta vez sí, hacer subir al marcador su sexto gol, aunque con la ayuda de la espalda de Amorebieta.

Con ventaja sobre el césped y en el electrónico, el envite se puso muy cuesta abajo para los locales, que habían sacado provecho a la estrategia, algo que El Sadar hacía mucho tiempo que no presenciaba. Al Athletic, el 1-0 le sentó como un tiro, máxime cuando intentar la igualada pasaba por redoblar esfuerzos al estar en inferioridad y no había muchas energías tras el generoso esfuerzo de la Copa.

Tan mal cayó sobre las filas rojiblancas el que Osasuna se pusiera por delante que, dos minutos después, volvió a encajar otra diana. Esta vez, el juego directo que ambos conjuntos habían estado practicando durante todo el partido dio sus frutos a los navarros.

Un saque de puerta de Ricardo fue peinado por Dady -protagonista en ambos tantos-, quien se adelantó en el salto a Javi Martínez, y la caída fue aprovechada por un raudo Vela, quien superó por velocidad a la línea defensiva vizcaina y colocó el balón pegado al poste.

Pese a que aliviaba la cruda situación de los navarros, el 2-0 no hacía justicia a los méritos de uno y otro. Tanto Athletic como Osasuna se habían enfrascado durante 60 minutos en una pelea a los puntos, donde el esférico apenas rodó de manera continuada.

La tensión de la situación clasificatoria estuvo muy presente a ras de hierba en el transcurso de esa hora. Juego embarullado, faltas continuas, errores por ambos bandos a la hora de circular el balón e imprecisión ofensiva fueron la tónica que tuvo que soportar la grada.

En los duelos particulares saltaban chispas. Miguel Flaño y Aduriz se las tenían en cada salto de cabeza, lo mismo ocurría entre Amorebieta y Dady. Mejuto, al que se le reclamaron sendos penaltis, uno por cada bando, tuvo que poner paz en más de una melé a la salida de los saques de esquina.

Mucha bronca y poco fútbol

Mucha bronca y poco fútbol son consecuencia irremediable de las penurias clasificatorias y ese fue el «espectáculo» que las dos escuadras vascas ofrecieron en la tarde de ayer. Mucho centrocampismo y llegadas imprecisas fueron el pan nuestro del choque, sólo animado por unas aficiones que esperaban, fieles, el ramalazo ingenioso con el que traerse a su zurrón la victoria.

En este empeño, Osasuna trató de llevar la iniciativa de salida, pero se quedó en eso, en mero compendio de intenciones. El Athletic rápidamente le encontró la medida al centro del campo rojillo y demostró que sabe salir a la contra, aunque fallando en el pase decisivo.

Ninguno de los dos demostró una patente superioridad sobre el rival, aunque fueran finalmente los locales quienes arrimaran el ascua a su sardina, consiguieran los tres puntos, superaran en el gol average a los vizcainos e igualaran un poco más la estadística de los derbis en El Sadar, que sigue siendo favorable a estos últimos.

En cualquier caso, a ambos les espera una segunda vuelta en la que mucho deberán mejorar sus prestaciones si no quieren estar con la soga al cuello una jornada sí y otra también. De momento, no hay tregua, ya que tanto a Athletic como a Osasuna les esperan unos próximos compromisos muy exigentes.

Ziganda y Caparrós se quedan con la actitud de sus hombres

El resultado no fue del gusto de todos, pero eso no supuso que hubiera reproches por parte de ambos técnicos a la actitud y mentalidad de sus jugadores. Ziganda resaltó que «si preparamos así todos los partidos y los jugamos con esta intensidad, saldremos hacia arriba. No hemos bajado los brazos y tuvimos opciones en los rebotes y las faltas».

Del mismo modo, Caparrós hizo frente a una pregunta en la que se le inquirió sobre si los suyos no le habían puesto menos ímpetu que los navarros. «Le hemos puesto las mismas ganas que Osasuna, no más que ellos, pero es cierto que ellos estaban más frescos».

El técnico de Larraintzar, por su parte, volvió a insistir en que «tenemos que hacer muchas cosas bien para ganar», confió en que su equipo «coja confianza» con esta nueva victoria y responsabilizó a la afición del triunfo «porque nos han animado con las pancartas que pusieron en Tajonar y con el prolongado Riau-Riau antes del inicio del partido».

«En el descanso hablamos de no bajar la intensidad de la primera parte y, al final, el Athletic ha acusado el partido copero que ha tenido que jugar entre semana y la expulsión de Yeste, que son situaciones que se dan en el fútbol», explicó el preparado rojillo.

Precisamente de estas dos cuestiones disertó también Caparrós, que no se mordió la lengua a la hora de analizar el lance que motivó la roja al de Basauri. «Ha sido una jugada infantil por su parte y hay que saber contar hasta cien, con lo que nos estamos jugando. Íbamos a tener nuestras opciones y hay que demostrar más madurez porque nos jugamos mucho», indicó fastidiado.

Para el de Utrera, aparte de que su equipo se quedara en inferioridad numérica, uno de los factores decisivos fue el cansancio acumulado tras la prolongada eliminatoria copera contra el Espanyol. «Nos ha pasado factura la intensidad del último partido porque no estábamos muy frescos y, con uno menos en el campo, había que triplicar los esfuerzos y eso era muy complicado», comentó Caparrós, para quien Osasuna fue justo vencedor, ya que, a su juicio, «la justicia en el fútbol son los goles que se meten». N.M.

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