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Uriarte recuerda que la Declaración de DDHH exluye «tajantemente» la tortura

El obispo de Donostia, Juan María Uriarte, subrayó ayer, en su homilía en la basílica de Santa María del Coro con motivo de la festividad de San Sebastián, que la Declaración de los Derechos Humanos defiende el derecho a la vida pero excluye «tajantamente» la tortura.

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El prelado donostiarra lamentó ayer que todavía persistan «graves problemas, que resultan aún más clamorosos» al cumplirse 60 años de la Declaración de los Derechos del Hombre, que recoge el derecho a la vida o a la libertad de opinión y «excluye tajantemente la tortura». Estas manifestaciones del obispo se producen días después de que transcendiera a la opinión pública vasca y española la denuncia de malos tratos por parte de los jóvenes lesakarras Mattin Sarasola e Igor Portu, apresados por la Guardia Civil el 6 de enero en Arrasate.

Las manifestaciones de la primera autoridad eclesiástica en Gipuzkoa tienen lugar pocas jornadas después desde que ámbitos políticos y de defensa de los derechos fundamentales se pusiera en cuestión la actuación del instituto armado español, prácticas defendidas por responsables del Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero y de portavoces de PSOE y PP.

En su intervención ante los fieles, Juan María Uriarte recalcó que no se debe olvidar que estos derechos humanos son «inviolables» e «inherentes a la naturaleza humana», con lo que «nadie puede ser privado de ellos, ni siquiera el mayor criminal». El obispo apostilló que la Declaración Universal de los Derechos del Hombre recoge también el «derecho humano más absoluto y básico» que es el derecho a la vida.

«Jesucristo hizo suyo el precepto del Antiguo Testamento de no matarás y, 2.000 años más tarde de que él hablara, dos agentes públicos [en referencia a los guardias civiles abatidos en Capbreton] han muerto recientemente asesinados por ETA, que persiste obstinadamente en preparar nuevos atentados», denunció Uriarte.

Tras asegurar que existen «casos recientes que nos han alertado y estremecido», en clara referencia a las denuncias de torturas efectuadas por Portu y Sarasola, Uriarte aludió a otros preceptos recogidos en la declaración universal de 1948 que, según dijo, «excluye tajantemente la tortura, el destierro y las detenciones sin todas las debidas garantías».

El texto reivindica, por el contrario, el derecho de asilo y a la libertad de pensamiento, religión, opinión y expresión, así como el de reunión y asociación pacífica, recordó Uriarte, al tiempo que enfatizó que la «Iglesia es la primera» que ha de respetar estos principios y «defenderlos íntegramente pa-ra poder reclamarlos de mane-ra creíble».

El obispo opinó además que en la sociedad actual, al tiempo que «crece la repulsa moral hacia éstos y otros delitos vergonzosos», como el maltrato a las mujeres, «lamentablemente la sensibilidad humana se vuelve más permisiva frente a otro atentado contra la vida humana como es el aborto». El prelado donostiarra incidió en que «casos recientes nos han alertado y estremecido».

Juan María Uriarte se refirió asimismo a la actualidad política en la que, a su juicio, existen «sombríos nubarrones» motivados por una «confrontación pre-electoral que va adquiriendo una extraordinaria crudeza» y que «no tiene visos de sosegarse», ya que las «contraposiciones se radicalizan».

«Sabemos -señaló- que la liza electoral no es nunca un intercambio de buenas palabras, de palabras amables, pero cuanto más despiadada sea la confrontación entre partidos, más acentuada su vuelta a posiciones radicales, más difícil se torna la ulterior concertación y el acercamiento requeridos por la paz y la convivencia social».

Juan María Uriarte aseguró ante los fieles que «quienes anhelamos una paz y reconciliación realizada entre todos y para todos no podemos dejar de preocuparnos por este panorama poco alentador».

Torturas

Juan María Uriarte afirmó que la tortura, como la denunciada por Mattin Sarasola e Igor Portu, no tiene cabida en la sociedad actual, en la que se reivindica una y otra vez por las autoridades el derecho a la vida.

Advertencia

El obispo de Donostia advirtió en su homilía del día de San Sebastián que la «crudeza» de la campaña electoral puede impedir el posterior acercamiento requerido «por la paz y la convivencia» en Euskal Herria.

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