Jorge Reboredo, el menor de seis hermanos e hijo de familia obrera, como a él le gusta definirse, tuvo su primera guitarra a los 14 años. El punk le prestó unos cuantos acordes, pero el jevi se lo llevó un año después a Viuda Negra, su primer grupo y donde ya tuvo una imitación de Les Paul. Desde entonces ha tocado en numerosas formaciones: Nuevo Catecismo Católico, Why Not, Los Padrinos..., siendo Snobs la última formación desde la que tributaba al rock and roll con enorme estilo, clase y talento. Además, Jorge también se las apañaba con un estudio de grabación al que le sacaba un espectacular rendimiento musical, no tanto en lo económico.

Para Jorge Reboredo su vida cambió el 19 de marzo del año pasado, cuando a las 7 de la tarde se le ocurre maniobrar una vela decorativa haciendo fuerza con un cuchillo de carne. «Se me resbaló y tras romper el portavelas paró en mi mano izquierda, seccionando el tendón del dedo corazón. En ese instante ya me quedé perplejo. En cuanto reaccioné, llamé a la ambulancia y me subieron a toda hostia al hospital. Una vez allí, el diagnóstico fue que el tendón estaba seccionado, presentando el resto de la mano un funcionamiento correcto. Se me operó al día siguiente en el mismo hospital, asegurándome que estaba en buenas manos».

El purgatorio

Tras la operación, Jorge observó que el dedo corazón funcionaba bien, pero que el pulgar no se movía y que el índice no tenía fuerza. Le dijeron que esperara a que le quitaran la escayola, y que ya vería que todo estaba bien. Como imaginaba el hábil guitarrista, roto el yeso los dedos no eran los de antes.

«Tras el desastre -comenta Jorge- lo primero fue pedir toda clase de explicaciones. Conseguí que la doctora que me hacía el seguimiento, reconociese que había sido un error de quirófano, pero el cirujano de Osakidetza que me operó nunca reconoció nada».

De la noche a la mañana, Jorge se vio envuelto en movidas legales, médicos privados y consulta sicológica. Por falta de medios y cansancio, dejó la vía legal y la microcirugía privada, por lo que su recuperación pasa en lo inmediato por una buena rehabilitación especializada, costosa económicamente y a la que se quiere llegar mediante un festival como el presente.

No obstante -y por dar ánimos-, es cierto que algunos músicos han superado problemas físicos ajustando sus nuevas peculiaridades a la forma de tocar. «Hombre, te puedo decir que si en vez de hacerme esa puta operación, me hubiesen injertado un trozo del rabo en la mano, ahora sería un virtuoso. Había que hacer una broma», señala. «De momento me resulta dificilísimo, pero lo que sí te puedo decir es que recuperaré todo lo recuperable, no lo dudes».

Snobs tienen ya concluido su tercer disco, por fortuna Jorge lo acabó días antes del accidente. Ahora queda ver quién lo edita y acudir al festi de apoyo que se celebra este sábado en Gasteiz, en la sala de sus colegas de HellDorado. Reboredo da las gracias a los grupos participantes y «a ti, a GARA, a mi novia, a mi ex novia, a G. Gálvez/Radio Popular, Tato, Ohier, Juan/Helldorado, José Luis/Pintalabios, Sonic Wave, Juancar/Bloody Mary... a todos de corazón». Así de natural, así de sencillo, de fresco.