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La casa de la primera imprenta de América es ahora museo del libro

La que fuera sede de la primera imprenta de América, traída de España en el siglo XVI por un hombre que paradójicamente no sabía leer ni escribir, se ha convertido a partir de ahora en el primer museo del libro de México, ubicado en el centro histórico de la propia capital. En él se exhiben 90 piezas prehispánicas y de los siglos XVI al XIX, como códices, sellos y una linotipia.

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Laura GONZÁLEZ DE ARTAZA | MÉXICO

La situación exacta del nuevo museo, en el corazón de la capital mexicana, es el edificio conocido también como Casa de las Campanas, porque allí se fundieron las campanas de la catedral de Ciudad de México, construida entre los siglos XVI y XVIII. El lugar albergaba en tiempos aztecas el Templo del dios Tezcatlipoca, pero con la llegada de los españoles en 1539, Juan Pablos estableció allí el primer taller de impresión de toda América, explicó Elena Segurajáuregui, directora de artes visuales y escénicas de la mexicana Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

El proyecto del nuevo museo es iniciativa de este centro educativo que desde 1994 utiliza esta casa como Centro de Extensión Educativa y Cultural. «Con la construcción de este museo la universidad realiza un acto de congruencia histórico-cultural», aseguró en rueda de prensa el coordinador general de difusión de la UAM, José Daniel Toledo, quien indicó que éste es el único museo de todo México centrado en la historia del libro en el país. «El libro comenzó siendo una labor ante todo artesanal», recordó.

Escaso material

El centro exhibe noventa piezas prehispánicas y de los siglos XVI al XIX, como códices, abecedarios, mapas, planos, sellos, facsímiles, fotografías, una linotipia y un par de prensas.

Este material es escaso, puesto que durante el siglo XVI la ley indicaba que los tipos usados para la impresión de un libro se traían desde España y debían destruirse al terminar dicha labor, explicó Segurajáuregui.

Toledo señaló que se está negociando con la Biblioteca Nacional, que pertenece a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para conseguir libros originales, incunables y más facsímiles para exponer en este lugar.

Recordó que la universidad es relativamente joven, poco más de tres décadas de existencia, por lo que su acervo es limitado, lo cual ha provocado que la UAM cuente con colaboración de otros museos e instituciones para ampliar el material expuesto.

Las piezas están divididas en tres salas, una de ellas presidida por una obra prehispánica que representa una enorme cabeza de serpiente de piedra que fue encontrada debajo del edificio durante unas excavaciones en 1989. La cabeza está situada en la actualidad exactamente donde se encontró, sólo que tres metros y medio más alto, para que esté a la altura de la sala y no en el subsuelo.

Toledo explicó que además de las tres salas de exposición, la casa de la primera imprenta contará a partir de ahora con una librería donde se podrán comprar las publicaciones de la universidad, que llevará el nombre de Juan Pablos.

Pablos, a pesar de ser el primer impresor de América, llegó de España sin saber leer ni escribir. Él sólo colocaba los tipos seguidos imitando los símbolos que veía en el texto, explicó Segurajaúregui.

En el museo se puede observar una reproducción de su firma impresa, que aprendió para poder signar cada texto impreso, al igual que varias reproducciones de abecedarios que él empleó.

Actos sobre la historia del libro

Además, está previsto que se realicen presentaciones de nuevos libros, conferencias, seminarios y talleres sobre la historia del libro y su futuro, incluso del libro electrónico, indicó.

El nuevo museo será incluido en el circuito turístico cultural del centro histórico de la Ciudad de México y su inauguración coincide con el esfuerzo del Ayuntamiento de la capital por recuperar la zona para la ciudadanía.

CABEZA DE SERPIENTE

Una de las tres salas en las que están divididas las piezas expuestas está presidida por una obra prehispánica que representa una enorme cabeza de serpiente de piedra que fue hallada debajo del edificio durante unas excavaciones en 1989.

Juan Pablos y Fray Juan de Zumárraga

Se considera que el primer impresor de América fue Juan Pablos, oficial del taller de Juan Cromberger, a quien como copista o componedor de letras de molde se le tuvo la confianza para fundar la imprenta, y a quien también le convino o le atrajo la idea de trasladarse al nuevo continente para establecer el taller de su patrón. Recibió a cambio un contrato por diez años, la quinta parte de las ganancias por su trabajo y los servicios de su mujer, después de restar los gastos de traslado y del establecimiento de la imprenta en la Ciudad de México.

Con el apoyo de sus patrocinadores, Juan Pablos, de origen italiano cuyo nombre, Giovanni Paoli, conocemos ya castellanizado, estableció el taller «Casa de Juan Cromberger» en la Casa de las Campanas, que curiosamente era propiedad del obispo Fray Juan de Zumárraga, ubicada en la esquina suroeste de las calles de Moneda y cerrada de Santa Teresa la Antigua, frente al costado del ex arzobispado.

Fray Juan de Zumárraga nació en Durango en el año 1468 -su estatua preside a día de hoy el parque de Ezkurdi de la localidad vizcaina- y murió en Ciudad de México en junio de 1548. Fue superior local, definidor y provincial de la Orden franciscana en España, y también conocido represor de brujas en Euskal Herria. Fue nombrado arzobispo en 1548.

En concreto, es a él - y a sus gestiones- a quien se le debe la primera imprenta que hubo en México y en toda América, y cuya sede se ha visto ahora convertida en museo del libro de México. El taller abrió sus puertas hacia abril de 1540, siendo regidora de la casa sin llevar salario, sólo su mantenimiento, Gerónima Gutiérrez, esposa de Juan Pablos. Sobre éste recayeron las labores de dirección. GARA

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