Las bolsas se desploman, mientras que ya se habla de recesión en EEUU
Las bolsas europeas se desplomaron, mientras que Wall Street se mantiene a la baja. La reducción de tipos de la Reserva Federal estadounidense no ha sido suficiente, una vez que se conoció que el Banco Central Europeo (BCE) no iba a seguir esos pasos. El banco estadounidense Merrill Lynch aseguró ayer que la primera economía mundial se encuentra en recesión, lo que elevó la incertidumbre en los mercados.
Juanjo BASTERRA |
Las bolsas europeas cerraron ayer en rojo en casi todos los valores. Wall Street también tiñó de negativo los principales valores bursátiles. Al final, parece que la economía ya ha pinchado y quienes inflaron sus sociedades y sus previsiones están comprobando ya que sus valores se están resituando quizá en posiciones que no tendrían que haber sobrepasado.
Dos fueron los elementos que no aportaron certidumbre a la maltrecha bolsa mundial: el anuncio del presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, que no seguirá los pasos de la Reserva Federal (Fed) americana, La Fed redujo el martes los tipos de interés, lo que permitió que el mercado tuviera la dosis de anestesia precisa para ver un oasis en medio del desierto financiero mundial.
Por la tarde, cuando la actividad estadounidense comenzó a andar, llegó el banco Merrill Lynch y sacó los colores al presidente estadounidense George Bush y al de la Fed, Ben Bernake, al anunciar que la mayor economía mundial ha entrado en recesión debido al mal uso que realizaron las compañías finan- cieras de Estados Unidos con la concesión de las hipotecas de alto riesgo cuando los tipos de interés fueron bajos.
Ambos elementos conjugaron un cóctel que llevó a la baja a la bolsa. Así la bolsa española cayó un 4,56%. El índice Ibex cayó hasta 12.254,60 puntos, con lo que acumula unas pérdidas del 19,28% desde el comienzo del ejercicio. Esta situación ocurrió a pesar de que los analistas anunciaron que el BBVA presentará unos resultados positivos entre los 6.100 millones, un 28% más, y los 5.472 millones de beneficio, un 19,5% más, según anticiparon ayer los analistas de Norbolsa. En Europa, con el euro a 1,457 dólares, Francfort cedió el 4,88% París, el 4,25% ; Milán, el 3,97%, y Londres, el 2,28%.
Todos los grandes valores del mercado español bajaron. Iberdrola lideró, una vez más, las pérdidas del Ibex al ceder el 6,82%; Telefónica cayó el 5,61% por ciento; Banco Santander, el 4,81%; Repsol, el 4,33% y BBVA, el 3,4%. Unión Fenosa se situó en segundo lugar en la lista de empresas del Ibex con mayores pérdidas al bajar el 6,7%; Inmobiliaria Colonial, tras permitir a General Electric consultar su cuentas, cedió el 6,45%, reducción similar protagonizada por Gas Natural. Sólo dos compañías del Ibex concluyeron con ganancias: Sacyr ganó el 1,79% y Mapfre, el 1,53%, mientras que Sogecable registró la menor caída, el 0,29%.
Los diferentes analistas reconocen que «el miedo y la desconfianza» son los protagonistas en los parqués. El banco estadounidense Merrill Lynch adelantó, tras reconocer la recesión económica, que hasta finales de este año no comenzará a recuperarse la economía. Antes de Merrill Lynch, el inversor mundial George Soros ya anticipó que la crisis financiera que tuvo su epicentro en Estados Unidos ni es pasajera ni había que desdeñarla. En unas declaraciones al «The Financial Times», Soros había anticipado que la dimensión de la crisis financiera mundial es «de las más importantes después de la Segunda Guerra Mundial».
Lo cierto es que, aunque los diferentes responsables económicos de los gobiernos europeos tratan de calmar la situación, todavía no se divisa una salida clara a esta situación.
Otros analistas mantienen que «este terremoto bursátil están posibilitado que las empresas se resitúen en su verdadera posición». Indican que quienes «han especulado han obtenido ganancias importantes, y las están perdiendo en este momento». Aunque la realidad demuestra que algunos han amasado fortunas importantes que no las perderán en una, dos o tres malas jornadas.
El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, dejó claro ayer que la entidad que preside no tiene intención de emular a la Reserva Federal de EEUU (Fed, por sus siglas en inglés) y acometer una contundente rebaja de los tipos de interés ante la crisis financiera. En una intervención ante el Parlamento europeo, subrayó que el BCE debe encargarse de mantener a raya la inflación «en todas las circunstancias, pero más aún en fases de corrección y turbulencias» para «evitar añadir más volatilidad» a la actual situación.
«También es importante para el Banco Central garantizar un funcionamiento ordenado de los mercados del dinero al nivel de tipos de interés necesario para anclar las expectativas de inflación. Es lo que el BCE ha venido haciendo desde el principio de las turbulencias, sobre todo desde principios de agosto del año pasado», resaltó.
Trichet comunicó a los eurodiputados que es demasiado pronto para llegar a conclusiones definitivas sobre el alcance de las turbulencias, pues el proceso de corrección es «particularmente complejo, multidimensional y está todavía en marcha». Consideró necesario realizar una «reflexión cuidadosa» para extraer «posibles lecciones» que permitan evitar una repetición de las actuales turbulencias. Señaló que los bancos y las instituciones de crédito deberán ajustar sus sistemas de gestión de riesgos, porque la tormenta ha puesto de relieve que algunas categorías de riesgos (por ejemplo, los relacionados con la liquidez) se han subestimado.
El banco estadounidense Merrill Lynch sostiene que ya se ha entrado en recesión y que no será hasta final de este año cuando comience a vislumbrarse una salida positiva de la economía mundial.
