Presentada por la distribuidora vasca «Barton Films», la película israelí «Mal gesto» se estrena hoy en las salas tras haberse proyectado en el Festival Internacional de Cine de Donostia. Narrada con mucha acción, «Mal gesto» (titulada «Corte de mangas» en el original hebreo) se desarrolla en una ciudad israelí, donde la apática vida de un hombre -que acaba de perder a su padre, está en paro y su matrimonio hace aguas- cambia radicalmente cuando tiene un encontronazo tras un incidente de tráfico con un conocido capo de la mafia.

El director Tzahi Grad, matemático, actor y realizador, visitó ayer Bilbo, donde habló del sentido de su película. «Yo quería contar una buena historia, no analizar los problemas de Israel», advirtió. Pero el hecho de que el guión se centrara en el tema de la corrupción y la indefensión que los ciudadanos de a pie tienen hacia ella complicó las cosas, según explicó. «Fue muy duro hacer la película. Seguramente siempre lo es, pero en este caso nos fue complicado conseguir el dinero porque los productores siempre me preguntaban qué quería realmente contar yo con esta película. Entonces pensamos que teníamos que hacerla bajo cualquier circunstancia porque esta historia debía ser contada». Para Grad, la clave está en que «cuando oprimes a alguien muy fuertemente, la situación acaba por explotar. Y es lo que ocurre con nuestra situación política. La gente está frustrada y quiere un cambio. El capitalismo es un buen sistema, pero hace que la gente fuerte sea cada vez más fuerte y al revés».

El tema de la corrupción, añadió el director, ha ido tomando actualidad desde que rodaron la película. «En uno de los planos tomadas en la Comisaría se enfoca la foto del presidente. Pues bien, hoy ese hombre está procesado acusado de violación».

En la película, el protagonista sufre una injusticia por parte de un gangster y acude a la Policía, pero, al no obtener respuesta, decide tomarse la justicia por su mano. «Él es un hombre normal, podría ser tu vecino o cualquiera de nosotros. Está deprimido, pero a medida que se toma la justicia por su mano se va sintiendo mejor consigo mismo e incluso su mujer se vuelve a enamorar de él».

Sobre la violencia

Preguntado por si esa justificación de la violencia le parece aplicable al conflicto palestino-israelí, Tzahi Grad no evitó la respuesta. «Creo que cuando los palestinos comenzaron a utilizar la violencia se empezó a discutir sobre el asunto y a buscar soluciones. De todas formas, yo no puedo defenderles, porque soy israelí y están matando a mi gente».

«Mal gesto» está salpicada de escenas en las cuales la ciudad se paraliza mientras suena la sirena que conmemora el Holocausto. De pasada, un personaje comenta que habido un atentado y en otro momento los protagonistas pasan a los territorios ocupados para comprar armas a unos palestinos. Ésas son las únicas referencias al conflicto político. «Hay más gente que muere por accidente de coche que por terrorismo. Creo que el ser humano puede adaptarse a las situaciones más difíciles y la mayor parte de los israelíes viven su vida».