Esta luna llena trae malos presagios. Por un lado dicen que estos días son los más duros del año. Lo he escuchado en varias cadenas de televisión, en muchas radios y es tema de los columnistas que no están en los núcleos duros de los aparatos de propaganda de los partidos políticos. Por lo tanto, si lo repiten, o es una consigna o simplemente se están basando en datos estadísticos, en encuestas o en análisis clínicos. Dicen, aseguran, que estamos en el peor tramo de la cuesta de enero. Que hasta que no nos ingresen a final de mes nuestros devengos, vamos mal. O muy mal, depende de la alegría con la que hayas usado la tarjeta y la ansiedad que te haya provocado la desaceleración navideña y te hayas entregado al consumo de esas rebajas que se amontonan en el fondo, y en el frente de tu armario.

Pontifican los agoreros que no hay dinero ni para ir de restaurantes, ni al cine o al teatro, ni para viajar, y hasta aseguran que está el asunto bastante duro para comprar en el mercado con la alegría que nos caracteriza. Nos tensan los nervios, hacen campañas de propaganda o de contra propaganda, porque no acabamos de entender a quién le beneficia estas alertas rojas que acollonan al personal. Ahora resulta que los detenidos en redada indiscriminada en Barcelona iban a volar servicios de transportes públicos, se iban a inmolar, primero dijeron que tres y ahora ya son once los supuestos suicidas, pero las pruebas que nos ofrecen son de la misma categoría que si las hubieran sacado de un kit del buen militante de Alqaeda según Bush.

Lo que sí han conseguido es que los ciudadanos más propensos viajen en metro mirando de reojo a los que tienen el color cetrino, por si llevan mochilas o por si debajo de ese polar se vislumbra algún bulto sospechoso. Estamos en regresión y el miedo inducido se contagia y colapsa a cualquiera que no tenga sus defensas anti miseria intoxicadora en plena carga. Veo en sucesión de imágenes a Pérez Rubalcaba, Conde Pumpido, Bermejo, Zapatero y demás señores del miedo y el cinismo y me parece que han revivido los Danborenea, Vera, Roldán y Barrionuevo de sus mejores momentos. Van por el mismo camino.