ciclocross Mundiales
Boom aspira al trono de De Vlaeminck, Zweifel o Liboton
Nueve «monarcas» suman 38 títulos desde 1950, mientras que Nys, el actual número uno, sólo lleva un oro
Unai IRARAGORRI | BILBO
El dominio de la selección belga en los Mundiales dura ya una década, una dictadura que el joven Lars Boom, bajo los colores de Holanda, aspira a romper el domingo en Treviso. El dominio flamenco empezó en 1966 cuando surgió la figura de Eric De Vlaeminck, quien ostenta el récord con siete títulos.
André Dufraisse, Renato Longo y Albert Zweifel, con cinco oros, y Roland Liboton, con cuatro, dominaron en las siguientes décadas, no así Sven Nys, el amo y señor del barro los últimos años, que sólo acumula un oro.
Los Campeonatos del Mundo se empezaron a disputar en 1950 con dominio de los franceses. Robic ganó la primera edición, Rondeaux venció las tres siguientes y Dufraisse, uno de los grandes, se hizo a continuación con cinco consecutivos. Este último fue el primer monarca de la especialidad; se entregó por completo y se le denominó el Coppi del ciclocross.
Su testigo lo recogió el italiano Longo que dominó la primera mitad de los 60 con cinco entorchados. Antiguo panadero y elegante, fue el primero en preocuparse por el material y preparaba con mimo sus objetivos.
Longo tuvo un rival de altura en el alemán Wolfshohl que encadenó tres triunfos en los Mundiales de 1960, 1961 y 1962.
Nace la primera estrella
No fue hasta 1966 cuando Bélgica logró su primer Mundial, gracias a la eclosión de De Vlaeminck, uno de los monstruos del barro. El flamenco marcó una época y nadie ha sido capaz de superar su extraordinaria marca de siete oros, el primero en 1966 en Beasain con 20 años y luego consecutivos entre 1968 y 1973 -su tiranía sólo la rompió Longo en 1967-. Podía haber conseguido más porque hasta 1966 el Mundial se disputaba a categoría única, y, por otro lado, su desordenada vida le impidió brillar en sus últimos años.
En cualquier caso, fue el primer virtuoso, un acróbata sobre la bicicleta, y convirtió al ciclocross en un deporte popular en su país. Incluso cuentan que rodó durante cien metros en un raíl de la vía del tren.
Sólo pasaron tres años -Van Damme y Roger de Vlaeminck, hermano de Eric, hicieron de puente- hasta la aparición del siguiente monarca, el pelirrojo suizo Zweifel, vencedor en cinco ediciones, consecutivas entre 1976 y 1979 y en 1986. Especialista en los barrizales, sus imágenes de la época embarrado, en el que apenas se le distingue, son impresionantes.
En los 80 no hubo transición, y el gran Liboton se convirtió en el número uno, con cuatro títulos. Su aspecto físico llamaba la atención, muy robusto, y con una fuerza física fuera de lo común. Sus duelos contra Zweifel, Stamsnjider y Peter Thaler resultaron épicos.
El alemán Peter Thaler, ganador en 1985 y 1987, fue el último en dejar su sello hasta finales de los 90. De hecho, desde 1988 hasta 1997 nadie repitió y hubo diez ganadores diferentes, de seis países, como el suizo Richard, el belga De Bie, el checo Simunek, el francés Arnould, el holandés Van der Poel o el italiano Pontoni. Por cierto, que Van der Poel ganó tras cinco platas.
Dominio de Bélgica
Hay que esperar hasta 1998 cuando De Clercq venció y comenzó el dominio de Bélgica, sólo roto por Groenendaal en 2000. De Clercq llegó hasta los tres Mundiales, igual que Vervecken, vigente campeón, por dos de Wellens. Pero han sido eclipsados por la estrella de Nys. El flamenco es el sucesor de De Vlaeminck -su técnica es tan exquisita-. Sus números son de récord: más de 200 triunfos, ocho Superprestigio y seis Copas del Mundo, con 44 y 39 victorias, respectivamente. Su dominio se extiende desde 1999, aunque el síndrome del Mundial no se lo sacudió hasta 2005, y ha fracasado en el resto.
El domingo Boom puede iniciar su reinado. Con sólo 22 años ya ha sido campeón sub 23 y junior y causa sensación. El holandés aspira al trono de De Vlaeminck, Zweifel o Liboton.
Los especialistas vascos no suman ninguna medalla, y se conforman con el título juvenil de Vijandi en 1979, y los subcampeonatos de Basualdo en 1970 en aficionados y de Mujika y Lejarreta en juveniles en 1980 y 1996, respectivamente.
La expectación en Treviso es máxima. Situada en la región de Veneto y a 28 kilómetro al norte de Venecia, apenas quedan plazas hoteleras en una localidad de 80.000 habitantes, a la espera de la avalancha de la afición flamenca. La organización ha promocionado los Campeonatos por todo lo alto -ha diseñado un trofeo de oro exclusivo- y el acceso al recorrido será libre, sin tener que pagar entrada. Las competiciones no serán en Treviso exactamente, sino en el Lago le Bandie, un bello paisaje, a diez kilómetros. La cobertura televisiva será completa, con 25 cámaras, incluso una sobrevolará el circuito.
Adrie Van de Poel ha diseñado el circuito. En opinión del ex campeón holandés «es un recorrido para corredores completos y seguro que vencerá un verdadero campeón», pero, al parecer, es muy rápido y poco técnico. En total, son 3.250 metros, 2.040 de prado, 730 de asfalto y 478 de camino. El final es en repecho y el perfil es un continuo sube y baja. Las previsiones indican tiempo seco y temperaturas suaves.
Por selecciones, Bélgica suma 24 títulos posibles -nueve de los diez últimos-, seguida por Francia con diez, Suiza con siete, Italia y Alemania con seis, Holanda con cuatro y la República Checa con uno.
Los Mundiales de Treviso ponen en juego cuatro títulos. Tras la inscripción y los entrenamientos oficiales de ayer y hoy, mañana abren el fuego los junior (11.00) y los sub 23 (14.30). El domingo las féminas compiten a las 11.00 y los elite pondrán el broche a las 14.30.
Niels Albert (Bélgica) es el favorito indiscutible en la categoría sub 23. Tiene su última oportunidad tras las derrotas ante Boom el año pasado y Stybar en 2006. Walsleben (Alemania), Drucker (Luxemburgo), Duval (Francia) y Van Amerongen (Holanda) son otros candidatos.
Los cinco representantes vascos llegaron ayer al mediodía a Venecia. Para Yus es su cuarto Mundial elite consecutivo, Izagirre (sub 23) ya disputó dos como junior, mientras que Ruiz de Larrinaga (elite) y los juveniles Iñigo Gómez y Merino debutan en unos Campeonatos.
El alemán Wolfshohl es el que más medallas acumula en los Mundiales, 12, por 11 de Dufraisse, diez de Zweifel, ocho de De Vlaeminck, Van de Poel y Vervecken, único en activo, y siete de Longo.