Veinte meses después de su formación, el segundo Gobierno de Romano Prodi cayó ayer, al negarle el Senado el voto de confianza que le había pedido tras la decisión del pequeño partido aliado democristiano UDEUR de abandonar la coalición gubernamental, lo que le dejó en minoría en la Cámara Alta.

Al igual que en febrero de 2007, cuando el Senado le retiró su apoyo en política exterior y le obligó a dimitir -aunque luego le restituyó la confianza-, Prodi perdió ayer una nueva votación decisiva al darle la espalda cuatro senadores democristianos y liberales. En el Senado, el centroizquierda sólo tiene dos escaños más que la oposición conservadora (158-156) y basta que un senador vote en contra o no acuda para poner en peligro «La Unión», hasta hacerla caer, como ocurrió ayer.

Hasta ahora, Prodi había sobrevivido gracias también a los votos de los siete senadores vitalicios, pero ayer, aunque cinco le apoyaron, los votos contrarios de los democristianos y liberales, que se unieron a los de un senador comunista que ya causó hace un año la primera caída de Prodi, dieron al traste con sus esperanzas. Votaron a su favor 156 senadores, mientras que en contra lo hicieron 161 y un senador se abstuvo.

Tras proclamar el presidente del senado, el democristiano Franco Marini, el resultado, los senadores de la oposición rompieron en aplausos y exigieron elecciones generales anticipadas, ya que la legislatura concluye en 2011.

Romano Prodi, a quien la Cámara de Diputados le dio la confianza, pidió el voto a los senadores asegurando que Italia no se puede permitir en estos momentos un «parón» político y con la advertencia de que un «vacío político» puede dañar a la economía italiana.

El líder de «La Unión», la variopinta coalición de centro izquierda formada por catorce partidos, se mostró dispuesto a remodelar el Gobierno, reformar las instituciones y aprobar una nueva ley electoral.

La oposición le negó la confianza asegurando que el país esta paralizado y que a única salida son los comicios anticipados, que espera ganar, ya que, según Silvio Berlusconi, en estos momentos los sondeos le dan quince puntos de ventaja.

Ambiente caldeado

El debate se celebró en un ambiente muy caldeado y durante el mismo el senador del UDEUR Tommaso Barbato insultó y escupió a su compañero de partido Nuccio Cusumato, que se desmayó, por apoyar a Prodi.

El UDEUR anunció que Cusumato fue expulsado del partido por «indigno».

El causante de esta última crisis del Gobierno italiano, Clemente Mastella, líder de UDEUR y ex ministro de Justicia, «despidió a Prodi con unos versos de Pablo Neruda en los que el poeta chileno dice: «muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce». Mastella está siendo investigado por corrupción política junto a su esposa, que es la presidenta del Consejo Regional de la Campania.

Romano Prodi presentó ayer su dimisión al presidente de la República, Giorgio Napolitano, quien hoy comenzará las consultas para formar un nuevo Gobierno. Napolitano deberá decidir entre la formación de un Ejecutivo «técnico», presidido por un independiente, que reforme el sistema electoral; la petición a Prodi de que busque una nueva mayoría, lo que parece prácticamente imposible- o la convocatoria de elecciones anticipadas.