El ministro británico de Trabajo, Peter Hain, dimitió asolado por un escándalo millonario de financiación ilegal de su campaña en el partido Laborista.

Hain, quien fue secretario de Estado para el norte de Irlanda y actualmente detentaba también la representación del Gobierno para Gales, ha tenido que reconocer finalmente no haber declarado un «donativo» de 103.000 libras (137.000 euros) con los que financió su campaña en la primavera pasada para convertirse en el numero dos de la formación laborista.

El primer ministro, Gordon Brown salió hasta ayer al paso de estas denuncias contra Hain, por lo que la primera dimisión en su Gabinete supone un golpe muy duro.

Más aún cuando Brown arrastra desde hace meses una campaña de descrédito que le sitúa ya muy lejos del candidato conservador, David Cameron.

El fiasco del banco Northern Rock, su decisión de último minuto de renunciar a las elecciones anticipadas y las pérdidas de datos personales de la ciudadanía suman una losa detrás de otra en su popularidad. La dimisión de Hain es la última.