El penúltimo balance de los atentados en los mercados de Ghazil y Jadida, especializados en la venta de animales, eleva a 98 el número de muertos y a 208 el de heridos, según indicaron responsables iraquíes de Seguridad.

Los ejércitos iraquí y estadounidense atribuyeron los ataques a dos mujeres kamikazes que portaban quince kilos de explosivos que habrían sido detonados a distancia. Aseguraron que al-Qaeda «utilizará en adelante a niños y a adultos minusválidos mentales para hacer su sucio trabajo».

Testigos presenciales pusieron en tela de juicio la versión oficial al asegurar que la joven disminuida síquica a la que se atribuye el ataque de Ghazil «formaba simplemente parte de las víctimas». «En esta carnicería es imposible saber qué era qué y quién hacía qué».

El responsable de unos urinarios señaló que «se ven a menudo minusválidas venir aquí el viernes» y aseguró que «el kamikaze era un hombre con un kefie sobre la cabeza».

El propietario de un pequeño quiosco de bebidas ambulante explicó que vio a «una bonita muchacha de piel blanca que murió en la explosión, pero no sé si es ella la que desencadenó todo». «No, es una mujer kamikazes traída por los americano para hacese estallar en medio de la gente», apunta otro vendedor, que expone como «prueba el paso de un convoy poco antes de la explosión».

«La Policía y los americanos inventan la historia de las disminuidas síquicas porque son incapaces de prevenir los ataques», añade uno de sus clientes.