Un 23 de enero de hace diez años echó a andar Euskaltel. Un acuerdo del PNV con el Gobierno español, presidido entonces por José María Aznar (PP), permitió su puesta en marcha. En esta década, la telefonía naranja ha conseguido ser un operador de telecomunicaciones integral. «Hemos mejorado, sin duda», precisa Alberto García Erauzkin.

El acuerdo con Vodafone, tras la ruptura con France Télécom, ¿es lo más importante que ha sucedido en esta década?

Después del primer paso, el hito más importante es con Vodafone. Hace posible que seamos un operador integral de telecomunicaciones. Tenemos el liderazgo en Euskadi, con autonomía en la gestión y hacia donde vaya el proyecto depende de Euskaltel y sus socios de referencia: las cajas vascas. Quizá haya sido lo más importante, tras echar a andar.

¿Es para siempre Vodafone?

Somos el principal y el más importante cliente de Vodafone del Estado. El acuerdo se firmó por cuatro años, prorrogables de dos en dos años. La ventaja que tenemos es que nos podemos dejar querer por otras compañías, porque somos un buen partido para cualquiera que quiera hacernos una oferta. Lo bueno es que con la migración que hemos realizado y la preparación tecnológica, los clientes ya no van a sufrir las incomodidades que tuvieron que pasar en el proceso de marcha de Amena. Si el día de mañana Vodafone no es nuestro proveedor del espectro radioeléctrico, no hay que hacer cambios.

¿Sería difícil un acuerdo con Movistar, Orange o Yoigo?

Nos entendemos perfectamente con Vodafone. Su planteamiento es sano. Tenemos un acuerdo para el espectro radioeléctrico y somos competidores a muerte en el mercado. Nos va bien. Por eso, con Vodafone el acuerdo puede durar durante más años. Vodafone y Movistar son distintos, Vodafone es más ágil y menos formalista; a Movistar le cuesta más moverse. Desde que nos fuimos de Amena (France Télécom), y acabamos el 31 de marzo, hemos crecido de 230.000 a 260.000 clientes de móvil, un 15% más, y el mercado ha crecido un 7%. Bueno, Vodafone y Movistar llevan algo más, y France Télécom, algo menos. Estamos en esa reconquista de recuperación del nivel de clientes de 2003, que sobrepasaban del medio millón.

2007 terminó con un beneficio de 33 millones, ¿en qué situación ha comenzado este 2008?

Bien. En el negocio que hemos tenido autodeterminación, es decir, capacidad de decidir, somos una referencia, en telefonía fija. Un cliente de Euskaltel se puede mover desde Aduna a Bilbao, por ejemplo, sin dificultades por la red de Euskaltel. Es verdad que Euskadi es un país receptivo. Nos cuesta adoptar tecnologías, pero entramos. En banda ancha estábamos atrasados, pero nos hemos metido de lleno. En televisión de pago, la población vasca representa el 5% del Estado español, y nuestra penetración es superior al 4%. En telefonía móvil, tenemos el 4,5%, de los móviles del Estado.

¿Fue un acierto la apuesta por la fibra óptica ?

Por supuesto. Nuestra expansión se hizo por esa vía, incluso cuando en el año 2000 se produjo la crisis tecnológica. Otras empresas apuestan en este momento por la fibra óptica. Esa fue nuestra apuesta y no nos amilanamos.

¿Hasta dónde puede crecer Euskaltel con la fuerte competencia en este sector?

Tenemos capacidad de crecimiento. Entre los clientes residenciales quizá no, pero la idea es venderles más productos. Tenemos 300.000 clientes residenciales. Hemos llegado a una media de 1,71 productos. Es decir, todos tienen telefonía fija de Euskaltel; un 56% tiene ya banda ancha y un 17%, TV de pago. El objetivo es pasar a dos productos por cliente en 2011. Lo que dicen los gurús de las comunicaciones es que entre 2010 y 2011, el 87% tendrá bancada ancha en Europa, mientras que ahora es el 39%. Pensamos sobrepasar el 70%. Queremos consolidar nuestra posición entre los mejores operadores, porque también estamos avanzando entre la empresa, ya que poseemos un 34% de cuota.

¿Hay complicaciones para desplegarse en Nafarroa e Ipar Euskal Herria?

Nos resulta difícil. Sabemos que hay una parte importante del mercado navarro , que le gustaría que Euskaltel repitiera el modelo de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Nuestro fuerte es la fibra óptica. Tenemos un problema de oportunidad y de competencia, porque funciona Ono Navarra, antigua Retena, que tiene una muy buena atención. Es alternativa a Telefónica y funciona con el esquema nuestro. Está implantada en el 60% con buena penetración en las grandes poblaciones. Navarra es un mercado prioritario para nosotros y hemos salido con el móvil. Desde setiembre hemos hecho 2.000 clientes. Pero vamos a reforzar esa actuación, aunque no es fácil. Queremos que el cliente potencial vea que Euskaltel hace un esfuerzo para que tenga prestaciones adecuadas.

¿En Ipar Euskal Herria?

Con la legislación francesa tenemos dificultades para expandirnos en red fija. En el móvil, en el Estado francés está la regulación que había en el español antes de que Bruselas accediera en febrero de 2006 a permitir de hecho la existencia de operadores móviles virtuales. Nos hemos dirigido a la red de SFR, de Vodafone, pero nos han dicho que no tienen interés que haya más. Allí no hay una Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones que obligue a acuerdos. como nos ocurrió aquí.

¿Les hace sombra el móvil de Eroski?

No he oído las cifras de diciembre de Eroski. Ha entrado en un mercado difícil. Están en un segmento de prepago que es complicado. Deben ser listos y mirar a Carrefour, a los que no les va nada bien.

¿La expansión por el Estado español?

No vamos a renunciar a ninguna oportunidad que se presente. Queremos aprovechar nichos de mercado. Estamos viendo la posibilidad de llegar a acuerdos con empresas para fidelizar a sus clientes a través nuestro. Pero, todavía no quieren meterse. Tenemos posibilidad de crecer aquí, pero tenemos que ver más allá de de 2011, porque habremos cubierto el mercado vasco.

¿Cuál es el objetivo de Euskaltel para los próximos años?

Ser un operador de referencia a nivel europeo entre 2015 y 2020 y a ser posible multinacional -cada uno que lo entidad como quier)- y con el centro de decisión aquí. Porque el mundo global permite eso, el centro de decisión no tiene que estar ni en Madrid ni Barcelona. Puede estar en Euskadi.

Juanjo BASTERRA