Mala racha
La efectividad del Málaga complica aún más la situación albiazul
El Alavés puede acabar la jornada con sólo un punto de ventaja respecto al descenso, después de caer ayer por la mínima en un partido que los albiazules dominaron en el primer tiempo pero que acabó decidiendo el Málaga gracias a un golazo de Apoño
GARA | GASTEIZ
Se cumplieron los pronósticos en La Rosaleda, aunque sólo en lo que respecta al resultado. El Málaga, líder a la espera de lo que haga hoy el Numancia, se hizo con la victoria, pero sólo gracias a la efectividad, y más concretamente a un golazo de Apoño. Mucho castigo para un Alavés que disputó un partido serio y que, si bien no creó demasiado peligro, sí dominó el primer tiempo.
Pero volvió sin puntos, lo que más importa ahora mismo, y su situación se complica aún más. Desde que se impusiera al Racing de Ferrol en el regreso a la competición, el cuadro albiazul no ha vuelto a levantar los brazos. Tres derrotas y un empate han acabado con el colchoncillo que había permitido a los gasteiztarras empezar a respirar. Hoy pueden acabar la jornada, de hecho, con un solo punto de ventaja respecto al descenso y sólo un puesto por encima, aunque los complicados compromisos que afrontan Nástic y, sobre todo, Las Palmas, pueden dejar la clasificación tal y como estaba hace una semana.
Fue una auténtica pena, porque el Alavés fue superior a su rival en el primer tiempo. Con Cabrera en el once -que no tuvo fortuna en su debut, al tener que retirarse lesionado en el minuto 49-, el equipo de Josu Uribe se plantó mejor sobre el campo de inicio, e incluso incordió en alguna ocasión a Goitia por medio de Aganzo. La más clara llegó a la media hora, cuando el delantero esquivaba a dos defensas rivales para acabar rematando fuera desde una posición demasiado escorada.
Muñiz, obligado a recular
Tan mal lo veía Juan Ramón Muñiz, que incluso retocó su equipo antes de llegar al descanso, pese a lo que el Alavés mantuvo el ritmo, con una fuerte presión en el centro del campo y una defensa contundente, que maniató a Salva, única referencia en ataque de los malaguistas. Más chisposo se mostró su sustituto -Salva se retiró lesionado al filo del descanso-, Rosado, que nada más saltar al terreno de juego forzó la primera intervención de Ardouin.
Las cosas saltaron tras el descanso. El Alavés se mantenía ordenado, pero su presión ya no surtía tanto efecto. El Málaga recuperó la posesión del balón, empezó a buscar las bandas y creó más peligro que en el primer tiempo -tampoco era difícil-. El primer aviso de la reacción andaluza lo dio Rosado a los diez minutos de la reanudación, con un cabezazo que se estrelló en el larguero.
La confirmación, lamentablemente, llegó poco después. Paulo Jorge sacó una falta en raso para que Apoño soltase un zapatazo desde treinta metros que entró por la parte izquierda de la portería de Ardouin.
Al Málaga le sobraron tablas para dormir el partido a partir de ese momento. Uribe intentó reactivar a los suyos con la salida de Mena y Jairo -Stevanovic tendrá que esperar a la próxima semana para debutar-, pero los gasteiztarras apenas sí fueron capaces de crear peligro. La expulsión de Paulo Jorge a cinco minutos del final tampoco fue suficiente para complicar las cosas al Málaga.