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conmoción en mutiloagoiti

La Policía Foral cree que la mujer mató a dos de sus hijos e intentó suicidarse

Amaia Jardón Martín, la mujer de 40 años que ayer mató a dos de sus hijos en Mutiloagoiti e intentó matar a los otros dos, estaba separada y bajo tratamiento sicológico. Ella misma intentó suicidarse en el garaje de su casa con el monóxido de carbono de un vehículo en marcha.

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Iñaki VIGOR | MUTILOAGOITI

Poco después de las 9:00 de ayer Sos-Nafarroa recibió la llamada de una persona del entorno familiar de Amaia Jardón, avisando de que algo grave podía haber ocurrido en el domicilio de esta mujer de 40 años, sito en un chalé de la calle Ezkibel nº 2, de Mutiloa. Poco después, agentes de la Policía Foral, bomberos de la Agencia Navarra de Emergencias y varias ambulancias medicalizadas se desplazaron a esta localidad, situada a unos 4 kilómetros de Iruñea, y tras forzar la puerta se encontraron los cadáveres de dos de sus hijos. Se trata de Hugo Javier, de 3 años de edad, y Jon, de 8. Otros dos hijos -Mikel, de 12 años, y Alberto, de 15- se encontraban aturdidos y fueron trasladados en ambulancia al Hospital Virgen del Camino, desde donde informaron que se encontraban fuera de peligro. Según relataron ellos mismos a los médicos del servicio de Pedriatría que les atendieron, su madre les había agredido con un cuchillo.

De hecho, el hermano mayor presentaba una herida superficial incisa en el lado derecho del cuello, de unos dos centímetros de longitud, y el menor tenía varias lesiones incisas superficiales, una de ellas en la parte anterior del cuello, de unos ocho centímetros de longitud, por lo que precisó sutura.

A ambos hermanos también se les diagnosticó una intoxicación por benzodiacepinas (sedantes), que al parecer les había obligado a tomar su madre. Estos mismos fármacos, según informó el Gobierno de Nafarroa, fueron los causantes de la muerte de los dos hermanos de 3 y 8 años de edad.

Durante el registro de la vivienda los agentes de la Policía Foral hallaron a la madre, que se encontraba en el garaje, tumbada en una hamaca próxima al tubo de escape de su coche. Presentaba síntomas de intoxicación por monóxido de carbono, procedente del vehículo en marcha, y también tenía lesiones superficiales en un lateral del cuello, sobre el ombligo y en la muñeca izquierda, que afectaban sólo a la piel y no requirieron puntos de sutura.

Amaia Jardón fue trasladada a las 10:30 al servicio de urgencias del Hospital de Nafarroa, desde donde a mediodía informaron que se encontrababa fuera de peligro y que las pruebas analíticas habían revelado unos niveles sanguíneos de carboxihemoglobina de 2,4%.

Valoración siquiátrica

El caso quedó bajo secreto de sumario, y de la investigación de los hechos se encargó el grupo de la Policía Judicial de la Policía Foral, con apoyo de la división de la Policía Científica. A las 18:30 de ayer estos grupos dieron por finalizado su trabajo en la vivienda, que quedó precintada. La tesis que manejaban como más probable era que Amaia Jardón había intentado matar a sus cuatro hijos y acabar luego con su propia vida.

A primeras horas de la tarde de ayer su pronóstico médico era «leve, salvo complicaciones», y estaba siendo valorada por el equipo de Psiquiatría del propio Hospital de Nafarroa.

En todo momento permaneció custodiada por la Policía Foral, ya que fue acusada de «dos homicidios y otros dos en grado de tentativa».

Las mismas fuentes indicaron que en las próximas horas o días iba a ser puesta a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 2 de Agoitz, cuya jueza se desplazó al mediodía de ayer hasta Mutiloagoiti para ordenar el levantamiento de los cadáveres de los dos hijos menores.

Los cuerpos de ambos fueron trasladados al Instituto Navarro de Medicina Legal para realizarles la autopsia. Además, se remitieron muestras al Instituto de Toxicología de Barcelona para su análisis.

Los dos hijos supervivientes también hubieron de recibir tratamiento sicológico en el Hospital Virgen del Camino, al igual que varios familiares que se acercaron hasta el domicilio de Mutiloagoiti nada más tener conocimiento del trágico suceso.

Amaia Jardón Martín estaba separada de su marido y padre de los cuatro hijos, todos ellos varones. Se trata del promotor inmobiliario Alberto Idoate Roncal, que precisamente había construido los adosados de la calle Ezkibel donde residía la mujer con los cuatro hijos. El mismo acudió ayer al lugar, tras ser avisado de los hechos.

Fuentes judiciales informaron de que se encontraban tramitando el divorcio y habían acordado de mutuo acuerdo la custodia de los hijos por parte de la madre, si bien habían llegado al acuerdo de un régimen «amplio» de visitas a los hijos por parte del padre.

El Juzgado ya había señalado para el próximo 14 de marzo el juicio de divorcio, en el que la pareja separada debía de confirmar lo acordado en la audiencia preliminar.

Un correo electrónico

Aunque no pudo ser confirmado en fuentes oficiales, una de las versiones que circuló durante el día de ayer en Mutiloagoiti es que, sobre las 5:30 de la madrugada, Amaia Jardón había remitido un correo electrónico a una persona (se habló de su sicóloga o de su abogada) contando lo que había hecho, y que cuando ésta recibió el mensaje a las 9:00 dio aviso al 112.

Los sucesos de ayer en Mutiloagoiti causaron una gran conmoción en el pueblo, a pesar de que la familia afectada por estos hechos no era muy conocida.

Al tratarse de una zona de chalés individuales, la vida social que realizaban los padres de los cuatro hijos era más bien escasa. «Este es un pueblo dormitorio y apenas hay relación entre los vecinos. Si conoces a alguno, es porque te lo encuentras en misa», comentaba ayer a este periódico José Luis Pérez, que lleva viviendo en Mutiloagoiti desde hace 41 años y conocía al matrimonio compuesto por Amaia Jarón y Alberto Idoate desde que construyeron los chalés, «hace unos diez años».

«Creo que ninguno de los dos era de Mutilva. En este pueblo cada uno hace su propia vida, se vive muy independiente. Yo no veía a la mujer desde que se separaron, y de esto hará por lo menos unos ocho o diez meses -recordaba este mismo vecino-. El padre solía estar los sábados y domingos dando una vuelta con los hijos por el pueblo, pero poco más».

Otros dos hijos

También intentó acabar con la vida de otros dos hijos de 12 y 15 años de edad. Ambos fueron encontrados a primera hora de la mañana de ayer en su domicilio de Mutiloagoiti, aturdidos por los fármacos que les suministró su madre y con diversos cortes.

Son alumnos de la ikastola Paz de Ziganda, ubicada en Atarrabia

Los hijos de Amaia Jardón y Alberto Idoate que fueron víctimas de estos trágicos hechos son alumnos de la ikastola Paz de Ziganda, situada en la cercana localidad de Atarrabia. Este centro permaneció ayer cerrado, debido a las fiestas de carnaval, y hoy se retomará la actividad lectiva. Mikel y Alberto, los dos menores supervivientes de la tragedia, continuaban ayer con ayuda sicológica. I. V.

proceso de divorcio

Los padres de los cuatro menores, todos ellos varones entre 3 y 15 años de edad, se habían separado y se encontraban a la espera del juicio por divorcio, cuya fecha ya había sido señalizada por el Juzgado para el próximo 14 de marzo.

«Era una madre normal, aunque de fuerte carácter», describe una vecina

«Era una mujer normal, muy habladora y de carácter fuerte». De esta forma describía ayer a Amaia Jardón una vecina suya, con la que solía coincidir en un parque porque ambas llevaban allí sus hijos para jugar. Esta vecina relató que Amaia Jardón tenía a sus hijos «muy bien educados», y añadió que «estaba desaparecida» desde hacía varios meses. También comentó que la pareja tenía «un alto nivel económico» y que tenían una relación «aparentemente normal», y añadió que desconocía el hecho de que la mujer se encontraba en tratamiento sicológico. También el padre hubo de recibir ayuda sicológica cuando acudió ayer al Hospital Virgen del Camino para ver a los dos hijos supervivientes.

Otra vecina que vive enfrente del chalé donde ocurrieron los hechos comentó a este periódico que conocía a la mujer porque acudían con sus hijos al mismo parque «para andar con los triciclos», y que nada hacía sospechar de que pudiera ocurrir algo así. «A las nueve y media he visto que estaban los forales y que en ese momento llegaban los bomberos. Han abierto la puerta, he visto que las persianas estaban bajadas y he pensado que algo gordo había pasado, porque los hijos no habían ido al colegio».

El alcalde del Ayuntamiento del Valle de Aranguren, Manuel Romero, expresó a últimas horas de la mañana de ayer la solidaridad de la Corporación municipal con la familia que ha sufrido este «drama».

Al mismo tiempo, el Consistorio reconoció la «integración social y humana» de esta familia en el pueblo de Mutiloagoiti y en el valle, y pidió a los vecinos y allegados a la familia que «estos hechos sin explicación sean valorados con la máxima prudencia y respeto a sus familiares y amigos». I. V.

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