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carrera hacia la casa blanca

Clinton sigue sin poder despegar ante el empuje del efecto Obama

El día después del supermartes seguía sin despejar el campo demócrata. A falta de resultados oficiales, veinte delegados separarían a Hillary Clinton de Barack Obama. Aunque la ex primera dama cuenta, por el momento, con una ligera ventanja y ganó en ocho estados, el senador de Illinois lo hizo en trece. La batalla entre ambos continúa abierta y reñida. En el Partido Republicano, John McCain ha logrado distanciarse de sus rivales, Mitt Romney y Mike Huckabee.

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GARA | WASHINGTON

El tan esperado supermartes no ha servido para despejar la incógnita de quién será el candidato demócrata a presidir la Casa Blanca. Si bien es cierto que Hillary Clinton ganó en ocho estados (Nueva York, New Jersey, Oklahoma, Arkansas, Tennessee, Massachusetts, Arizona y California), Obama le superó en otros trece (Georgia, Illinois, Delaware, Alabama, Utah, Kansas, Connecticut, Minnesota, Colorado, Dakota del Norte, Idaho, Alaska y Missouri). Según el último recuento, estas victorias se traducen en 584 delegados para Clinton y en 563 para Obama.

En el lado republicano, parece que las cosas están un poco más claras. John McCain venció en nueve estados (Connecticut, Illinois, New Jersey, Delaware, Nueva York, Oklahoma, Arizona, Missouri y California), lo que, según las proyecciones, le proporcionaría 511 delegados.

A una distancia, ya considerable, le sigue el multimillonario mormón Mitt Romney, que tras ganar en Massachusetts, Utah, Dakota del Norte, Montana, Colorado, Alaska y Minnesota obtendría 176 delegados.

El ministro baptista Mike Huckabee ocupa un muy alejado tercer puesto, aunque el martes obtuvo un fuerte respaldo en el Sur (West Virginia, Alabama, Arkansas, Georgia y Tennessee), con lo que lograría 147 delegados. Este sorprendente repunte evitó una aplastante victoria de McCain. Tanto Huckabee como Romney no tiran la toalla y seguirán en campaña.

Así las cosas, los analistas coinciden en resaltar que fue una «apasionante» y «agotadora» cita electoral pero, al mismo tiempo, «inconclusa».

Los titulares de la prensa estadounidense también reflejaban este sentimiento. «Clinton en duelo con Obama consigue California y McCain avanza», tituló por ejemplo «New York Times»; «McCain logra estados claves del Este y Clinton y Obama en pugna reñida», destacó «The Wall Street Journal»; «Demócratas divididos», fue la idea central del «New York Post».

Ahora, los cinco calientan motores para las próximas votaciones. Clinton y Obama volverán a medir sus fuerzas el día 12 en las primarias de Maryland y Virginia. Siete días más tarde lo harán en Wisconsin y el 4 de marzo, en Texas y Ohio.

McCain, Romney y Huckabee se verán las caras el día 9 en Kansas y Washington.

Muchas palabras bonitas

«Esta noche -por la del martes- estamos escuchando la voz de gente a lo largo de América. Durante siete años, habéis tenido un presidente que sólo ha prestado atención a sus intereses, ahora podéis tener un presidente que llevará a la Casa Blanca vuestra voz, vuestros valores y sueños. Los republicanos quieren ocho años más de lo mismo», subrayó una triunfante Clinton en Nueva York.

«Somos conscientes de que darán la batalla para no peder la Casa Blanca. No voy a permitir que nadie eche por la borda el futuro de este país», añadió.

«Juntos vamos a recuperar América. Veo una América respetada de nuevo en el mundo y dispuesta a afrontar con sus aliados los grandes desafíos que tenemos por delante; la amenaza terrorista y el calentamiento global», insistió. En esta ocasión, tampocó se olvidó de su esposo, Bill Clinton, y de su hija Chelsea, que la han acompañado desde el inicio de la campaña en un sinfín de actos, y de su madre, que «nació cuando las mujeres no podían votar y que ha llevado a su hija a lo más alto».

Su rival prometió acabar con la «política del miedo» impuesta por la Administración Bush tras los atentados del 11 de setiembre de 2001 y recurrió a la palabra clave de su campaña -«cambio»- para entusiasmar a su votantes. Aseguró que su hora «ha llegado» y discurre por un camino que «ni se puede desviar, ni interrumpir».

De cara al «Super martes», Obama se dio prisa en reforzar su imagen y opciones de ganar. Ahora, también deberá darse prisa para afianzar aún más su posición frente Clinton. A su favor tiene un factor muy importante en las elecciones estadounidenses; el dinero. Sus arcas, según afirmó, están llenas y preparadas para afrontar con holgura las siguientes citas electorales. Aseguró que tan sólo en un mes -si bien no especificó de cuál se trataba, indicó que era reciente-, recaudó cada día un millón de dólares.

Por su parte, Clinton ha demostrado tener un electorado fiel y convencido y, tal vez, más motivado que en ocasiones anteriores al ver el notable y contínuo incremento de la popularidad de Obama.

Pese a que sus finanzas se han visto un poco resentidas, el haber vencido en estados importantes como California y Nueva York le valdrá para sanear su economía con el aporte de quienes respaldan su candidatura.

Entre los republicanos, McCain se proclamó el rival a batir por los demócratas en las elecciones presidenciales de noviembre. «Hemos obtenido un gran número de importantes victorias en estas primarias pero, sobre todo, debemos hacernos a la idea de que somos el principal candidato del Partido Republicano. Y no me importa en absoluto», resaltó con una sonrisa irónica en Phoenix. «Trabajaré todos los días de mi vida para probar que no os habéis equivocado al depositar vuestra fe en mi», manifestó

Por los valores tradicionales

Los valores y la economía fueron los principales temas de las intervenciones de Romney y Huckabee. Desde su cuartel general en Boston, el ex gobernador de Massachusetts enfocó su discurso hacia los valores tradicionales. Dijo que su intención es asegurarse de que «podamos disfrutar con nuestros hijos de prosperidad, paz y seguridad. Es hora de que fortalezcamos la economía, reduciendo los impuestos y luchando contra la inmigración ilegal».

Huckabee no dudó de que algún día llegará a presidir la Casa Blanca. «Uno de estos días, cuando sea presidente y no tardaré mucho, colgaré el cartel de `liquidación' delante del IRS -la Hacienda- y todo el mundo tendrá su oportunidad de lograr una parte del sueño americano», declaró.

larga batalla

Ante el incierto panorama, miembros del equipo de Clinton indicaron que la pelea puede prolongarse hasta mediados de año porque «es probable que ninguno de los dos logre hacerse con una gran ventaja».

SIGUIENTE «ASALTO»

Tras un supermartes poco decisivo, Clinton y Obama se preparan para el proximo «asalto» en estados como Texas. A los candidatos a la Casa Blanca, especialmente, a los demócratas, les quedan duros meses de trabajo por delante.

CALENDARIO ELECTORAL

9 DE FEBRERO

Caucus republicano en Kansas y Washington. Primarias republicanas y demócratas en Lousiana y caucus del Partido Demócrata en Nebraska y Washington.

12 DE febrero

Tanto el Partido Republicano como el Demócrata celebrarán elecciones primarias en los estados de Maryland y Virginia, y en el distrito de Columbia.

4 de marzo

Primarias de ambos partidos en Texas y en la isla de Rhode, Vermont y Ohio. Para esta fecha, ya se habrán elegido el 81% de los delegados demócratas.

11 de marzo

Primarias republicanas en Mississippi. En los comicios presidenciales de los últimos siete años, los republicanos han ganado en este estado del Sur.

22 de abril

Primarias republicanas y demócratas en Pennsylvania, que puede ser clave para el Partido Demócrata. Clinton cuenta con el apoyo del gobernador.

6 de mayo

Primaras de ambos partidos en Carolina del Norte, donde Obama y McCain se perfilan como favoritos. También habrá elecciones en Indiana, de mayoría demócrata.

La influencia del voto de los hispanos y de las mujeres

El voto hispano y el de las mujeres ayudó a Hillary Clinton a conservar la ventaja sobre su gran rival Barack Obama en el supermartes. La ex primera dama cuenta con un fuerte respaldo entre las mujeres, algo que ha quedado patente en las reuniones directas y de carácter más íntimo que ha mantenido con ellas. La posibilidad de verla ocupando la Casa Blanca en calidad de presidenta ha motivado al electorado femenino a acudir a las urnas en favor de Clinton. Su aparante vulnerabilidad en New Hampshire y sus lágrimas le valieron la adhesión de muchas mujeres, que representan un 57% del electorado que participó en el supermartes.

En contraposición, el senador de Illinois cosechó el apoyo de los electores de sexo masculino y blancos, de los jóvenes y afroamericanos. En California, por ejemplo, un 59% de los votantes masculinos y hombres optó por él. Un 33% lo hizo por Clinton, que se llevó el voto hispano. Casi un 70% de los latinos de California se decantó por ella, lo que le dio la victoria en ese estado, el más valioso por su alto número de delegados. En Nuevo México y Arizona, dos de los estados con mayor presencia latina, logró un 56% y un 55%, respectivamente.

Para Rodolfo de la Garza, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Columbia, la razón es la familiaridad de los latinos con Clinton y su esposo. «Se acuerdan de Bill Clinton. A Obama no le conocen», argumentó. Lo que nadie pone en duda ya es que los hispanos han ganado influencia en la arena política, sobre todo, a raíz de las protestas masivas por la reforma migratoria.

Entre los republicanos, aquellos que se definen como conservadores votaron en un 49% al multimillonario Mitt Romney, un 39% prefirió a John McCain y un 21% al pastor baptista Mike Huckabee. GARA

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