portland Victoria balsámica
Ruesga fue el salvador en un choque que parecía resuelto
El jugador asturiano anotó ocho goles y se echó al equipo a sus espaldas cuando el Valladolid recortó la ventaja a falta de cuatro minutos para el final
GARA | IRUÑEA
El San Antonio tuvo que sufrir más de lo esperado para doblegar al Valladolid, tras un partido irregular en el que gozó de una ventaja de nueve goles cuando faltaban quince minutos para la conclusión que a punto estuvo de dilapidar por exceso de confianza y relajación.
Sin embargo, un Carlos Ruesga espectacular, que pareció querer reivindicarse ante Juan Carlos Pastor con su juego y sus ocho tantos, logró serenar a su escuadra en los últimos minutos y, junto a las paradas de Svensson, decantaron la balanza del lado local.
Fue el Valladolid quien arrancó mejor el encuentro, logrando una ventaja de dos dianas en los primeros compases (1-3 en el minuto 5). Poco duró su alegría porque al Portland le bastó entonar su defensa, mientras Ruesga y Vugrinec tomaban la batuta en ataque y endosaban un parcial de 7-1 obligando al técnico visitante a parar el partido (8-4, minuto 12).
Encuentro en teoría encarrilado
El tiempo muerto de Pastor no maniató las ideas de un conjunto local que continuó enchufado y logró subir al marcador un 12-6 en el minuto 18, que parecía encarrilar el encuentro. Pero el Valladolid no le perdió la cara al encuentro y, liderado por Entrerríos y Víctor Hugo, comenzó a recortar distancias hasta lograr neutralizar la desventaja y marcharse al descanso con un esperanzador 16-14 en contra.
Tras el descanso, el cuadro navarro no quiso especular y protagonizó una salida en tromba que pareció dejar el partido sentenciado (27-18, minuto 45). Nada hizo presagiar un vuelco en el marcador, pero Portland quiso reservar fuerzas pensando en próximos compromisos y a punto estuvo de costarle caro.
Milosavjevic y Entrerríos endosaron un parcial de 1-8 logrando acercarse a dos tantos a falta de cuatro minutos para la conclusión (28-26), pero de nuevo el héroe de la noche, Ruesga, templó los nervios y logró que el Portland subiera una importante victoria a su casillero.
